
Pepe atenta contra el Madrid
El club blanco sancionará al central por su comportamiento indigno y asume que no jugará más esta temporada
COLPISA
Jueves, 23 de abril 2009, 04:31
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Pepe no volverá a jugar esta temporada -faltan seis jornadas de Liga- y quedará marcado para siempre por sus agresiones a los getafenses Casquero y Albín. Igual que Juanito por aquél pisotón a Matthaus que supuso el principio del fin de la carrera del malagueño, Stoichkov por agredir al colegiado vasco Urízar Azpitarte, Simeone por clavar los tacos en el muslo de Julen Guerrero, el francés Eric Cantona por asestar una brutal patada a un espectador, y hasta el legendario Zinedine Zidane por ese cabezazo a Materazzi en la final del Mundial de Alemania. Es la ley del fútbol en su versión más violenta.
Jornada sin precedentes la que se espera para mañana en la Federación Española. Nunca hasta ahora el Comité de Competición ha tenido que juzgar a un futbolista por tantos 'delitos' en un mismo partido. El acta de Delgado Ferreiro se hizo esperar, pero resultó concluyente. A saber, expulsó al portugués «por empujar por detrás a un contrario evitando una ocasión manifiesta de gol». Un partido fijo de suspensión. «Una vez en el suelo y con el juego detenido, propinó una patada al jugador objeto del penalti, y un puñetazo a un adversario». Dos agresiones para las que el artículo 122 f) de los Estatutos Federativos, si no hay lesión, como es el caso, contempla entre cuatro y doce encuentros de inhabilitación.
Insultos
Asimismo, el acta del vasco refleja que cuando Pepe abandonó el campo se dirigió al cuarto árbitro al grito de «sois todos unos hijos de puta». Si se considera sólo un menosprecio o una falta al decoro deportivo, algo habitual en la doctrina de este Comité, un partido más. Si se considera un insulto grave, de nuevo estaríamos en al menos cuatro encuentros en el ostracismo. Para más inri, tras el último gol de Higuaín, Pepe «apareció en el terreno de juego y se fue corriendo hacia un córner para abrazar a sus compañeros». Otro posible partido. En total, saldrían al menos diez choques de suspensión, una nimiedad en comparación con los 11 partidos de castigo al 'Mono' Burgos, entonces portero del Mallorca, por dar un puñetazo al españolista Serrano hace una década. En el Real Madrid asumirían con agrado una condena sólo hasta fin de curso. En la defensa de Pepe sólo cabe el arrepentimiento espontáneo, la falta de antecedentes y el hecho de que, según los servicios jurídicos del club blanco, cabría interpretar que la patada no llegó a impactar en Casquero. En esa línea se expresó el técnico Juande Ramos, benevolente con su pupilo. «Pepe fue víctima de la tensión. Acababa de cometer un penalti que podía apartas para hacer daño. Las tiró al aire, no a Casquero. Si le quiere dar, le da...Vamos, sin duda. Perdió los nervios, sí, pero se volvió loco consigo mismo...», justificó Juande.
Por lo que se ve, Casillas bebe en otros códigos, los que le han inculcado desde pequeño en la fábrica blanca. «No se puede hacer lo que ha hecho Pepe vistiendo la camiseta del Real Madrid», confesó sin ambages el guardameta internacional tras el delirante partido. Casquero también mamó este club desde niño. «Sí claro, acepto las disculpas, pero nada va a cambiar su acto cara a los que deben juzgarlo. También pide perdón el que mata», señaló.
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