La imagen de la Virgen de las Lágrimas salió a hombros de estos jóvenes costaleros. / A. GARCÍA
EL ÁLBUM DE LA CIUDAD

Melilla constata que la Semana Santa su es una tradición

En silencio y con mucha esperanza, el esfuerzo que año tras año realizan los cofrades obtiene su recompensa

PPLL

Viernes, 10 de abril 2009, 04:00

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Apenas quedan 48 horas para que Melilla despida la Semana Santa. Sin embargo, en la retina todavía están grabadas un buen número de imágenes que han dado y dan sentido a una de las celebraciones más importantes de la comunidad cristiana. Si el miércoles el protagonismo se cedía por entero a los santos titulares de la Real Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, ayer, Jueves Santo, se hacía lo propio con dos cofradías: la de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío y, en segundo lugar, la de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, amén de la salida procesional del Santísimo Cristo de la Paz desde la parroquia del Sagrado Corazón.

El pasado miércoles, la Semana Santa de Melilla tenía un hito ante sí por cuanto la historia de la ciudad paseaba por sus calles, si bien lo más destacado fue que este año la Virgen de las Lágrimas procesionó a dos hombros, sobre los 40 portadores que acercaron esta magnífica talla a los ciudadanos, semejando el estilo al más propio de Sevilla. Ese mismo contraste, también emoción, se repitió el Jueves Santo, tanto por el señorío del Cristo de la Paz como por la sobriedad de María Santísima del Mayor Dolor y el esplendor de Nuestro Padre Jesús Cautivo acompañado por María Santísima del Rocío. Finaliza el domingo la Semana Santa y lo hará con la resurrección, con el esperado Encuentro entre María Santísima del Rocío y el Cristo Resucitado.

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