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JUAN CANO
Miércoles, 28 de enero 2009, 15:09
El enemigo estaba en casa. El intenso trabajo desarrollado por la Policía Nacional desde que el pasado miércoles se halló el cuerpo sin vida del empresario sampedreño Fernando Moreno ha dado su fruto con la detención de dos personas presuntamente implicadas en el secuestro. Se trata de dos vecinos de Marbella, uno español y el otro de nacionalidad colombiana.
Uno de estos dos hombres, según ha podido confirmar este periódico, era empleado del industrial fallecido, por lo que podía tener acceso a información acerca del poder adquisitivo de la familia y de la rutina diaria de la víctima.
La comisaría de Marbella tuvo ayer un día agitado. Desde que en la tarde-noche del lunes se realizara la primera detención -tal y como adelantó ayer SUR-, las numerosas pesquisas realizadas han permitido avanzar en la resolución del caso.
Durante todo el día se sucedieron numerosos registros domiciliarios en diferentes puntos de la Costa del Sol, así como interrogatorios a testigos y sospechosos, lo que dio lugar a una segunda detención, también en la zona de Marbella.
Los investigadores han recabado pruebas que han permitido relacionar a los dos arrestados con el secuestro y la muerte del industrial. Gracias a estas pruebas, ambos han sido imputados por la policía, aunque todavía no han pasado a disposición judicial.
La investigación, que lleva adelante la Udyco-Costa del Sol y miembros de la Comisaría de Marbella, con el apoyo del Grupo de Secuestros y Extorsiones desplazado desde Madrid, se centra ahora en determinar el posible grado de participación de cada uno de los detenidos en el suceso. Ambos, según ha podido saber este periódico, se conocían y al parecer mantenían una relación de amistad.
La principal hipótesis que baraja la policía es que el secuestro fue cometido por personas inexpertas que carecían de la infraestructura necesaria y que no supieron manejar la situación. Ello explica que el cuerpo fuera encontrado en una caseta donde difícilmente podrían haber mantenido a la víctima en un cautiverio prolongado, y también que se produjera un desenlace fatal. Los investigadores, sin embargo, no dan todavía el caso por resuelto, y no se descarta que se produzcan nuevas detenciones.
En ese sentido, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, aseguró ayer que si la investigación sobre el secuestro y muerte del empresario se sigue desarrollando con los datos que actualmente constan en poder de la policía, la resolución del caso está próxima.
López Luna afirmó por la tarde en declaraciones a los periodistas que había varios detenidos, tanto extranjeros como españoles, y que la Policía Nacional estaba investigando la posible relación de estas personas con el secuestro, así como su grado de implicación. Precisó que las detenciones se han producido en España.
Por otro lado, el jefe superior de Policía de Andalucía Oriental, Pedro Mélida, afirmó ayer que los investigadores se encuentran en el «buen camino» para esclarecer los hechos, tras estas detenciones; y confirmó que se está tomando declaración a los arrestados para conocer su grado de participación en los hechos.
Arduo trabajo
El jefe superior de policía destacó, en este sentido, el «intenso» trabajo efectuado por los agentes desde que se produjera el «desgraciado delito», motivo por el que felicitó a los investigadores del caso, al considerar que el resultado final «va a ser bastante concluyente».
Fernando Moreno, cuyo cuerpo fue enterrado el pasado sábado en San Pedro Alcántara, desapareció en la mañana del miércoles en esta localidad marbellí. Los captores se pusieron en contacto con la familia a través del propio teléfono de la víctima para reclamar importantes cantidades de dinero. La última llamada se produjo ese mismo día cerca del mediodía y fue para informar de que el anciano empresario había fallecido.
El cuerpo fue encontrado muerto un día después. Estaba en el interior de una caseta de agua situada en un carril junto a la carretera que une los municipios de Marbella e Istán.
El cuerpo se encontraba amarrado con una cuerda a una tubería de agua, estaba amordazado con una cinta americana que le tapaba la boca. La autopsia reflejó que se trató de una muerte por asfixia y que el cuerpo presentaba varios traumatismos, aunque de carácter leve.
Impacto en San Pedro
El suceso provocó un profundo impacto en Marbella y especialmente en San Pedro Alcántara, de donde el industrial era vecino y en cuya sociedad civil se encontraba hondamente arraigado.
A las numerosas muestras de cariño expresadas por los vecinos, colectivos empresariales e instituciones de la ciudad de Marbella le siguió un multitudinario funeral, al que asistieron unas 2.500 personas.
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