Nos vemos el jueves

La pose de chico malo era sólo una pose. Dicen que tenía prontos. Cada uno cuenta la historia según le va. Yo de Rafa Viso sólo tengo buenas palabras, versos, conversaciones sobre libros, sobre el pasado, sobre el mundo y sobre el futuro.

Hay momentos. Estamos en el hotel Reina Cristina esperando a Luis García Montero, muertos de hambre los dos pero nada dispuestos a irnos sin la entrevista. Tiene, como no, el cigarro en la mano. El sol le hace entormar los ojos. Me habla de la profesión, de sus colaboraciones con 'El Mundo' y, un poco, de la vida.

Otro momento. Presentamos un libro sobre el puerto en la UFCA. Es casi Navidad. Rafa y Fernando García Arévalo corren por la galería mientras hacen cábalas sobre la antigüedad de los mantecados.

Otro. Camino por Algeciras, cabreada por algún contratiempo en el periódico. Me lo encuentro por la calle y dice: «hola corazón». Se despide con un: «me gusta hablar contigo». A mí también. Más escucharle que hablar. Siempre lleva las palabras exactas en los bolsillos.

Más. Me llama por teléfono. Me comenta algo de un libro sobre cucarachas. Dice con una sonrisa en la voz que a Téllez - amigo antes, durante y después - no termina de convencerle porque parece una fábula. Tiene razón. Me gustan las fábulas. Algunas.

El último. Estoy sentada en la cama del hospital. Comemos bizcocho de chocolate. Hablamos de películas, de épocas chungas y de etapas felices. Salen libros entre las palabras. También aparecen antiguos amores. Pienso: «tenía que ser guapo como un demonio». Aún lo es con la sonrisa de medio lado. Dentro de pocos días sale y lo celebraremos.

No pude estar en la celebración. Ahora me duele.

La pose de chico malo. Pinta de eterno adolescente desconfiado. No quiero imaginarle de otro modo. Se merece los mejores de mis recuerdos.

Estoy cansada de tantos adioses últimamente, así que hasta luego. No nos veremos este jueves, pero nos vemos cualquier otro en tu casa de Getares. Es exactamente como tú la querías. Habrá libros apilados por las esquinas, una tabla de quesos, música y una caña para irte a pescar con quién tu sabes.

No tenía fotos tuyas decentes a mano. Roca, José Luis Roca, tu amigo y compañero me envía eseta desde Madrid. Has estado y eso es lo que importa. A mí me importa. A muchos nos importa.

Un beso, miles, corazón.