
Mari Paz Vega, matadora de toros: «Me halaga que no me vean como mujer, sino como torero»
Malagueña de El Palo/ Tiene 33 años y está soltera / La primera mujer en tomar la alternativa en España / Le fascina el riesgo / Bucea, hace 'puenting' y vuela en parapente /Este miércoles se enfrenta a dos toros en La Malagueta.
UNA ENTREVISTA DE
Viernes, 8 de agosto 2008, 03:47
Para ponerse delante de los toros hay que tener un par de cojones, ¿no?
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Jajaja. Yo creo que no, porque no los tengo y me ... pongo. Jajaja. Te tiene que gustar, tener afición...
...Y valor.
Sí, hay que tener un poco de valor para ponerte delante. Lo demás se va adquiriendo sobre la marcha. Tal como vas toreando adquieres confianza, seguridad y técnica, que te hacen superar el miedo.
¿El toro diferencia si es un hombre o una mujer lo que tiene delante?
Pienso que no. Ve a una persona que tiene delante que es capaz de dominarlo. El toro se siente dominado o no. Si no se siente dominado el toro se viene hacia arriba, y cuando ve que está dominado, se entrega.
¿El miedo, por tanto, es el mismo el que pasa un hombre y una mujer?
Sí, al fin y al cabo somos personas.
¿El toro enamora?
Sí, por sus características. Es un animal muy bello. Por su estampa, por la chulería que tiene en determinados momentos, sobre todo cuando sale a la plaza.
¿Es verdad que en Venezuela la quieren más que en España?
Si no me quieren más, al menos me lo demuestran más.
¿Lleva mucho tiempo acudiendo a Venezuela?
Desde 1998. Todos los inviernos los paso allí. Tengo mis corridas de toros en ferias importantes, en carteles bien confeccionados y llevándome un dinero.
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Lo que no ocurre en España.
Ocurre, pero no todo lo que una quisiera.
¿Hay mucho machismo en esto del toro?
Muchísimo. Aunque las nuevas generaciones dicen que vienen con la mente más abierta, yo pienso que siguen siendo todavía muy cerradas. Son abiertas de boquillas para fuera.
¿Qué toreros se han negado a torear con usted?
Si lo supiera se lo diría. Lo que pasa es que no son capaces de decírtelo claramente. Los tapan los apoderados.
¿Cómo?
No dicen que no quieran torear conmigo. Dicen que el apoderado ha dicho que no encajas, que es un cartel que quieren que vaya más rematado...
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Excusas.
Sí, pero te sacan de ese cartel. No te dicen: «Oye, que tal no quiere torear contigo».
¿Han tenido más consideración con usted por ser mujer?
No, para nada. Nunca me lo han propuesto y, además, es algo que tenía muy claro en esta profesión: que tenía que ir en igualdad de condiciones con los hombres. Yo sorteo los toros como los demás matadores para poder exigir lo mío. Nunca he elegido los toros. He ido en corridas duras y sorteando.
El año pasado no fue fácil en Málaga, ¿verdad?
Para nada. Era una corrida denominada en los carteles como dura. Al fin y al cabo son toros y nunca sabes cuándo te va a salir uno bravo y abrirte el camino.
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Se le vio a usted muy bien torear con el capote.
Sí. Los animales salen con esa fiereza y movilidad para desplazarse. Cuando ya son picados, y si no tienen un fondo bueno, salen a defenderse y a desarrollar sentido. Con el capote he cuajado toros. Me siento muy a gusto toreando a la verónica. Pero luego, si un toro se presta a ser toreado con la muleta, es cuando te deja pensar y disfrutar más de la faena.
¿Qué es lo más fuerte que le han dicho en una plaza?
Cuando la gente se enfada y no está de acuerdo con lo que estás haciendo en ese momento te mandan a casa. En determinados momentos es injusto porque estás haciendo un esfuerzo y te estás jugando la vida. Por mucho que alguien haya pagado su entrada, nadie te puede decir: «Vete para tu casa».
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¿Y lo más bonito?
Muchas cosas... «Viva la madre que te parió», «tú nacistes para ser torero»... Me halaga que no me vean como a una mujer, sino como a un torero más.
¿A quién le daría un pase de pecho?
¿Uy! A una farola que se moviera le daba yo un pase de pecho. No sé... A algún empresario le daría yo un pase de pecho como diciéndole: «¿Te acuerdas cuando llamé a tu puerta y no me distes la oportunidad?»
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¿Y a quién le pondría unas banderillas negras?
Al 80% de la gente del toro.
¿Tan mala es?
No, no creo que sea mala, pero sí muy injusta. En el mundo del toro se debería de ver con lupa lo que hace un torero en la plaza y no por las relaciones o los compromisos que se tienen fuera de ella. A un torero se le juzga y se le dan las oportunidades por lo que haga delante de un toro. Si fuera así, ni todos los que están arriba lo estarían, ni lo que están abajo estarían ahí.
¿Es difícil ser profeta en su tierra?
Sí, es muy difícil. Puedes ser querido, admirado en un momento determinado, pero tener al 100% de la gente de tu tierra de acuerdo es muy difícil.
Usted se hizo torera en Zaragoza. ¿En Málaga no encontró esas oportunidades?
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Al principio, había aquí, en la Escuela Taurina, muchos padres diciendo que la niña le quitaba los puestos a sus hijos. Me salió la oportunidad de irme a Zaragoza y de que me ayudara un banderillero retirado que tenía varias placitas. Me fui allí a vivir y aproveché aquella situación y toreé más de novillera que si me hubiera quedado en Málaga.
¿Cuántas corridas de toros lleva a sus espaldas?
Pues 150 o 160.
O sea, que habrá matado unos 300 toros. ¿Se acuerda de todos ellos?
No. Te acuerdas a lo mejor de alguna reacción que tuvo el animal, de lo complicado que fue, pero nada más.
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¿Tiene alguna cabeza de toro disecada?
Sí, tengo cuatro: los dos toros de mi alternativa, el de la confirmación en México y el de la confirmación en Madrid.
Está anunciada el miércoles 13 en la Feria de Málaga, ¿si hubiera sido martes hubiera toreado?
Sí, sí... De novillera era muy supersticiosa pero gracias a Dios me quité todas las supersticiones. Soy de las que piensan que cada uno tenemos una 'x' y lo que nos tenga que pasar, nos va a pasar sea martes, miércoles o jueves.
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¿En qué cartel le gustaría estar?
La aspiración de todos los toreros que queremos abrirnos camino es compartir cartel con las figuras del toreo. Y en vez de entrar en la primera parte de feria, entrar en la segunda, ¿no? para qué nos vamos a engañar. El cartel con cualquier torero que esté destacando: Castella, Ponce, Talavante... El cartel en el que me han colocado no me disgusta para nada. El compromiso que yo tengo es con la afición y conmigo misma.
¿A quién le pediría que le echara un capote?
A cualquier empresario o apoderado que tuviera posibilidades y muy buenas relaciones en el mundo del toro. Que me apoderaran los Chopera, los Lozano o Matilla me encantaría.
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