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TEXTO: SALVADOR RAMÍREZ FOTOS: SUR
Miércoles, 30 de enero 2008, 02:31
ERA un mozo de 30 años cuando, ¿sorpresa!, gana unas elecciones y se convierte en el senador más joven de España. Se va de la Cámara Alta con 52 tacos de almanaque siendo el más veterano parlamentario de aquella bonita demarcación de la madrileña Plaza de la Marina. Y lo hace con la misma naturalidad con la que degusta un escocés con agua mineral y aspira el duro humo de un 'habano'. Carlos Benet es genio y figura que, contrariamente a lo se ha escrito arriba, no se va. La Ciudad Autónoma le espera como 'ombusman' o como lo que sea. Le esperan también el Consejo de Estado, el Senado o Europa pero él, el díscolo entre díscolos, se queda en Melilla porque es vitalicio no sólo en los Parlamentos sino también en la política de la ciudad que le vio nacer: «No se debería desaprovechar mi experiencia, creo», asegura.
Está cansado, no lo niega. La muerte de Clarisa Pardo, su alter ego, le marcó a fuego. Su salud es un enigma. Hace tres días le dio 'otro jamacuco', pero sigue en la batalla hasta resolver de un par de plumazos la candidatura parlamentaria que le jubiló.
Lo hizo con firmeza, mirando a los ojos a más de uno y estirpando polémicas ad hoc: «Es la mejor candidatura para el Partido Popular; yo pongo candidaturas para que ganen».
Vivir
«Quiero vivir», dice entre sarcástico y humano, entre otras cosas para seguir haciendo el bien. Muchos melillenses saben que no tuvo inconveniente en desprenderse de un puñado de euros para aliviar apretujones puntuales.
Recuerda a Julio Bassets cuando, enfrentados en lo político, arrimaron sus hombros para izar la bandera de Melilla en las Cámaras. Recuerda que ha sido y es, hasta marzo, presidente de la Comisión de Peticiones del Senado. Quiere una Cámara Alta con representatividad y capacidad de decisión y no sólo un arco que se dedique a dar 'vistos buenos' sin posibilidad alguna de éxito frente al omnímodo poder del Congreso.
Carlos Benet Cañete se queda en Melilla pero advierte socarrón: «Me han pillado en un mal año y he quedado fuera pero seguiré la guerra, no hay quien me cambie».
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