MARRUECOS. La costa cercana a Melilla es punto de salida. / SUR
Melilla

Mar Chica y Cabo del Agua, principales exportadores de droga a la Europa continental

SALVADOR RAMÍREZ

Viernes, 7 de diciembre 2007, 02:38

La zona marroquí de la Mar Chica, la lengua de tierra situada a cuatro kilómetros de Melilla, y Cabo del Agua -a 40 kilómetros de la ciudad española- se han convertido en las principales exportadoras de hachís y resina de hachís desde Marruecos a la Europa continental.

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Pese a los probados intentos de las autoridades marroquíes por frenar el tránsito de lanzaderas de droga, los envíos siguen llegando a la zona del Levante español e incluso al archipiélago balear, zonas en las que las unidades costeras de la Guardia Civil no dan abasto para detectar todos los intentos de envío de sustancias estupefacientes desde el litoral norte del país vecino.

Los agentes de la Gendarmería Real se emplean a fondo y, a veces, interceptan estas embarcaciones ultrarrápidas en sus salidas desde el litoral cercano a Melilla. Ocurrió este pasado fin de semana cuando los servicios aduaneros de Nador procedieron a incinerar cuatro toneladas de hachís y 20 kilogramos de cocaína dispuestos a ser almacenados en las bodegas de las planeadoras con destino a la España peninsular.

La lucha contra el tráfico de drogas en Marruecos, extremo contemplado en los acuerdos de colaboración firmados con España y con la Unión Europea, se saldaron el pasado año, sólo en Nador, provincia a la que pertenece Cabo del Agua, con la quema de 28 toneladas de resina de hachís, 100 kilos de cannabis y unas 2.000 pastillas psicotrópicas, todo listo para ser embarcado.

Mafias

Pero fuentes de la Gendarmería Real confirman a surmelilla.es que todo el despliegue de medios en el litoral del norte de Marruecos es «insuficiente» debido a la movilidad de las mafias del narcotráfico y el conocimiento del terreno, de tal suerte que, cuando la Aduana marroquí se emplea a fondo en la Mar Chica, las embarcaciones zarpan de calas próximas a la bahía de Alhucemas, a 135 kilómetros de Melilla. El Gobierno marroquí lleva dos años anunciando que trata de facilitar sectores productivos alternativos a los cultivadores de cannabis establecidos en Ketama, la región del Atlas que más hachís siembra y cosecha, pero de la promesa a la realidad va un largo trecho que no se acaba de recorrer porque los montes de Ketama siguen rindiendo a satisfacción.

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Fenómeno diferente es la cocaína, porque en Marruecos no existen apenas plantaciones de la planta. El hecho de que junto a la resina de hachís se hayan encontrados fardos de cocaína se debe a que la coca entra por la costa atlántica de Marruecos -inmediaciones de Salé y Casablanca- procedentes del cono sur americano y es trasladada por tierra hasta el litoral norteño, concretamente a las playas y calas de la vecina provincia de Nador.

Cien barrancos

Agentes marroquíes confirman que la explotación turística de localidades como Saidia y Cabo del Agua, así como la franja de los '100 barrancos' -todo ello a cargo de la constructora gallega Fadesa- dificulta la operatividad de los exportadores de hachís que han asistido a lo largo de los últimos meses a la destrucción de todo un astillero de lanzaderas cercano a la localidad marroquí de Zelouan.

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Por todo lo anterior, la Mar Chica, lugar de vacaciones de cientos de melillenses, acapara todo el potencial del trabajo de las mafias del narcotráfico y centra la atención de los especialistas de la Gendarmería Real de Marruecos.

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