Ilegales en la puerta

EL personal del taller de Mercedes -de la empresa Ciamsa- situado en las inmediaciones del puesto fronterizo de Beni Enzar sabe bien lo que supone trabajar en un lugar que está rodeado de vendedores ambulantes ilegales que dificultan bastante la tarea diaria.

Lo viene denunciando desde hace meses Carlos Bernad, el propietario de la empresa, para quien no es de recibo que los alrededores de su establecimiento estén a todas horas literalmente copados por personas que colocan sus mercancías, en la mayoría de los casos caducadas y en mal estado, sobre cualquier caja de madera o cartón y se ponen a vender impunemente.

Bernad reconoce que en las ocasiones en las que ha llamado a la Policía Local algunos agentes se han desplazado hasta la zona y han dispersado a los vendedores ilegales. Sin embargo, en cuanto los policías se van todo vuelve a la normalidad, si por tal se entiende la situación que se vive allí.

Para el empresario, adjudicatario, además, del servicio de Inspección Técnica de Vehículos (ITV), no es lógico que no haya una presencia policial permanente en la zona para impedir tantas irregularidades, máxime cuando la inseguridad ha crecido considerablemente en los últimos tiempos, sin que nadie, opina, haya hecho nada por impedirlo. Y eso, añade Bernad, cuando es notorio que la venta ambulante ilegal ha proliferado de forma apabullante en los últimos años, hasta el punto, recuerda, que el mercado que existía al otro lado de la frontera se ha trasladado a la parte trasera de la Mercedes ante la estupefacción de quienes tienen en sus alrededores negocios y viviendas.