Los radicales que profanaron la tumba de Ordóñez limpiarán pintadas de la 'kale borroka'

Los dos jóvenes de 14 años que profanaron la tumba de Gregorio Ordóñez, el concejal donostiarra del PP asesinado en 1995 por ETA, tendrán que limpiar durante siete semanas las pintadas que reivindican la 'kale borroka' o enaltecen a ETA en las paredes del centro de San Sebastián. Es la primera vez que la Audiencia Nacional impone este tipo de pena.

El juez central de Menores, José Luis de Castro, condenó a los adolescentes a realizar 70 horas de trabajo en favor de la comunidad como autores confesos de un delito de menosprecio y humillación a las víctimas del terrorismo. Además, deberán pagar a la viuda de Ordóñez una multa simbólica de 300 euros cada uno por los daños morales. El dinero, según explicó la familia, será destinado a una asociación de víctimas de ETA.

De Castro considera que el borrado de las calles de frases de exaltación de la violencia terrorista es la tarea más adecuada que los adolescentes pueden desarrollar para purgar su delito ante la sociedad. Los dos condenados tendrán que realizar las tareas de limpieza de lunes a viernes, dos horas cada día, hasta completar las 70 horas. El plan de ejecución y control de la pena correrá a cargo de la Consejería de Justicia del Gobierno Vasco, quien deberá remitir al juez de la Audiencia Nacional un informe semanal de cumplimiento.

Arrepentimiento

Las 70 horas de trabajos comunitarios fue la pena reclamada por la Fiscalía, que aceptaron los acusados durante la vista. Los dos jóvenes mostraron en el juicio, celebrado el jueves, su total arrepentimiento por lo ocurrido y pidieron perdón en público a la familia de la víctimas de ETA por su comportamiento. El juez De Castro señala en la sentencia que este arrepentimiento explícito mostrado por los acusados ha sido un «extremo muy apreciado por el juzgador» a la hora de dictar el fallo.

La sentencia establece que los dos menores, acompañados por otros seis adolescentes que no participaron en los hechos, entraron el 27 de enero pasado en el cementerio donostiarra de Polloe y patearon las coronas de flores y los centros depositados en la tumba de Ordóñez, «con un claro menosprecio a la memoria del ex concejal y a sus familiares».