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SODA

Invisibles no son

Martín Moniche

Miércoles, 14 de enero 2015, 12:39

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Lo demostraron el pasado sábado con más de 2000 participantes en una convocatoria que recorrió el centro de la ciudad, demostrando su red social de apoyo curtida en ocho años de intensa actividad cultural. Fruto de un arrebato navideño, el Ayuntamiento clausuró las instalaciones que la Casa Invisible viene ocupando desde el año 2007 con el argumento de que existen algunas deficiencias que impiden los actos de pública concurrencia que a menudo se celebran en el viejo inmueble de la calle Nosquera. Seguramente que la decisión es acertada y previsora, pero como suele ocurrir chirrían las formas. El proyecto cultural de la Casa Invisible nació un festival de cine con una performance colectiva que acabó ocupando uno de los edificios municipales más señeros de la ciudad, que el Ayuntamiento iba a destinar a un vivero de empresas o algo así. Desde el principio, aunque su entrada fuese brusca, ha sido un proyecto responsable con los vecinos, con los artistas y con la ciudad en su conjunto; un proyecto transversal y social con un marcado sentido de acción política y ciudadana que no ha dejado indiferente. Podemos estar en desacuerdo con algunos de sus planteamientos, pero hemos de alabar el intenso trabajo que han desarrollado estos últimos años consiguiendo ser referencia en Málaga de una forma distinta y necesaria de plantear la actividad creadora. La ciudad claramente ha apostado por la cultura precisamente como eje estratégico fundamental y debe considerar y respetar este proyecto como parte enriquecedora del conjunto de la oferta cultural y social de la misma. Entiendo las reservas del colectivo a trasladarse a uno de los edificios que la Universidad aún debe transferir; aún recuerdo la treta que nos hicieron con el Mercado de las Artes y el viejo edificio de comedores universitarios. La Casa Invisible hasta ahora nos ha programado cultura durante ocho años gratis, visto el montante de emolumentos de otros proyectos de interés, es justo destinar algún presupuesto para la mejora de sus infraestructuras. La firma de un nuevo convenio sería el mejor paso.

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