Primer caso de mutación del virus de la Gripe A en Melilla

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha descubierto una mutación del virus de la gripe A, la D222G, de la que el Centro Nacional de Microbiología (CNM) ha encontrado su presencia en 34 pacientes, uno de ellos de Melilla. Castilla-La Mancha, Ceuta, Galicia, Madrid, Navarra. Andalucía y Asturias también lo han identificado en pacientes. Esta mutación ha sido detectada en otros países del mundo y, aunque su significación no está del todo definida, podría favorecer que el virus tuviera «más facilidad para infectar zonas más inferiores del tracto respiratorio», informa la Red de Vigilancia en su último informe, relativo a la semana del 20 al 26 de diciembre. Esta mutación del ARN afecta a la cubierta del virus en un lugar próximo al punto de unión del receptor a la célula del epitelio bronquial y, aunque «la significación de este cambio en el sitio de unión al receptor es muy dudosa», explican los autores del informe, «los datos de los pacientes que la presentan pueden ser de gran ayuda para tratar de interpretar si tiene alguna funcionalidad».

Por otro lado, este centro dependiente del Carlos III informa también de dos casos ya conocidos de virus resistentes a oseltamivir, el antiviral más utilizado para combatir la nueva gripe que Roche comercializa con el nombre de 'Tamilfu'.

Pocas vacunas

Ante estos datos, la consejera de Bienestar Social y Sanidad de la Ciudad Autónoma de Melilla ha lamentado que las vacunaciones contra el virus de la Gripe A en Melilla estén siendo tan bajas, ya que, según los datos que maneja María Antonia Garbín, hasta el momento sólo se han utilizado 2.000 de las 12.000 vacunas que hay disponibles en la ciudad.

Aunque reconoce que los datos de vacunación son «muy malos», la consejera espera que con la puesta en marcha de una campaña de información al ciudadano se incentive la prevención de los grupos de riesgo.

De momento las vacunas están disponibles en todos los Centros de Salud tanto públicos como privados pero, en el caso de que finalmente no lleguen a utilizarse esta temporada, Garbín prevé que todos los responsables de la Sanidad de las distintas comunidades españolas se reúnan para decidir qué hacer con los excedentes. Recordó la consejera que el mayor problema es que la vacuna no sirve de un año para otro porque la cepa es diferente, aunque confió en que, con la próxima y previsible bajada de las temperaturas, la población valore la alternativa de vacunarse.