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APOYO. Durante el verano, voluntarios colaboran en la exhumación de restos. / M. A. BARRANQUERO/ PDS
El cementerio de San Rafael se convierte en la mayor fosa común de la Guerra Civil
MÁLAGA

El cementerio de San Rafael se convierte en la mayor fosa común de la Guerra Civil

Han sido exhumados los restos de 2.200 fusilados y se estima que al finalizar los trabajos la cifra se duplique El 20% pertenece a mujeres y han aparecido 40 niños

GEMA MARTÍNEZ

Miércoles, 23 de julio 2008, 03:52

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«Todos los días te encuentras con una sorpresa desagradable». Desde octubre de 2006, el arqueólogo y profesor de la UMA Sebastián Fernández coordina los trabajos de exhumación de los restos de los miles de fusilados durante la Guerra Civil y el franquismo enterrados en fosas comunes del cementerio de San Rafael, que podrían llegar a sumar hasta 30, aunque de momento hay documentadas 18.

Desde entonces y hasta hoy, los restos de 2.200 fusilados, y con ellos también su memoria, han sido desenterrados y clasificados en pequeñas cajas de madera, junto a objetos personales (peines, monedas, botones, gafas...) y reseñados con algunas características que pudieran permitir su identificación. Cuando terminen los trabajos, -algo que podría ocurrir en el plazo de un año o año y medio- se calcula que el número de restos superen los 4.000, por lo que el cementerio de San Rafael se ha revelado como la mayor fosa común de fusilados durante la Guerra Civil y el franquismo.

Embarazada

Entre esas sorpresas desagradables, el profesor de la UMA recuerda los restos de una mujer embarazada de unos siete meses, «con el feto perfectamente encajado»; los de un hombre al que se le halló una especie de trapo en la garganta, «se lo debieron introducir hasta ahogarle» o el tiro de gracia que se aprecia claramente en muchos de los cráneos.

También ha sorprendido el elevado número de mujeres, que el director de los trabajos cifra en un 20% del total. Sebastián Fernández recordó que los restos que están apareciendo corresponden al 37 y al 39 y en cuanto a la importante presencia de mujeres indicó: «En unos casos fusilaban a los dos miembros de la pareja, pero también sabemos que en ocasiones si iban a buscar al padre o al hijo y habían huido, se llevaban a la hermana».

La aparición de restos pertenecientes al menos a 40 niños también impactó mucho al equipo que desarrolla los trabajos: «No sabíamos a qué podía deberse. Desarrollamos una investigación y llegamos a la conclusión de que durante esos tiempos se habían producido graves epidemias y que los hijos de los fusilados que habían muerto como consecuencia de ellas, eran enterrados en el lugar en el que estaban sus padres».

Ayer, la delegada del Gobierno, María Gámez, visitó las excavaciones en compañía del coordinador del Instituto Andaluz de la Juventud, Francisco Paneque, que explicó que durante el verano 80 voluntarios, en su mayoría estudiantes de Historia o Arqueología, trabajan en los mismos. En el acto estuvo presente el presidente de la Asociación contra el Olvido y por la Recuperación de la Memoria Histórica, Francisco Espinosa, cuyo trabajo y empeño personal han hecho posible las exhumaciones.

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