UPyD califica de “esperpéntico y lamentable” lo sucedido en el Salón de Plenos de la Asamblea

El candidato al Congreso por Unión, Progreso y Democracia, Emilio Guerra, calificó de esperpéntico y lamentable lo acaecido con referencia al Pleno de Control de la Asamblea melillense, que finalmente no se celebró en el día de ayer.

Para el dirigente de UPyD Melilla, las actitudes del Partido Popular, basadas en posiciones de soberbia y prepotencia política, son un insulto a los ciudadanos que decidieron ser representados por los miembros del PSOE y CpM, al margen de constituir una patada a la democracia y una muestra más del comportamiento caciquil y facistoide de quienes ostentan la mayoría en el consistorio melillense, que tratan por todos los medios de impedir el trabajo de control que legítimamente debe ejercer la oposición.

Los ciudadanos estamos cansados de observar a diario cómo la clase que ostenta el poder hace, impunemente, un uso inadecuado y partidista de las prerrogativas que el pueblo les otorga. Nos sentimos, continuaba Guerra, estafados y burlados por unos políticos acomodados que viven a cuerpo de rey y no tienen el mínimo interés por solucionar los problemas reales que demandamos. Sólo les preocupa cobrar a fin de mes, algo que entraría en el terreno de lo normal, si no fuese porque ellos perciben importantes cantidades por trabajar para hacer la vida más fácil a la ciudadanía, y eso evidentemente, a la vista de los resultados, está claro que no lo hacen ni por asomo.

La vida política española, y desde luego por extensión la local, está lastrada de grandes defectos que impiden el normal desarrollo de una convivencia en libertad y democrática en toda su amplitud del término. El Gobierno central de Rodríguez Zapatero es fiel reflejo de ello, pero en Melilla, Juan José Imbroda, del Partido Popular, presidente, alcalde y senador, acumulador insaciable de cargos, bate records a diario de intolerancia y ejercicio improcedente de sus atribuciones políticas.

Emilio Guerra, apela a las conciencias de los melillenses comprometidos, para que no caigan el en letargo al que pretenden inducirnos con tantas promesas vacías. Esta es la sociedad del subsidio y la subvención, el mercadeo con la miseria y necesidad de las personas es moneda común en la boca de los profesionales de la política, que en definitiva sólo pretenden captar y conseguir el voto, aprovechándose y mal utilizando los recursos presupuestarios comunes.