La ciudad rinde homenaje al poeta Miguel Fernández

La Ciudad Autónoma de Melilla ha rendido esta semana un homenaje al escritor melillense Miguel Fernández, Premio Nacional de Literatura en 1977, al cumplirse el veinte aniversario de su muerte. El Gobierno melillense, encabezado por su presidente, Juan José Imbroda, y la familia del escritor recordó a Miguel Fernández, a las puertas de su casa natal, donde se colocó una placa conmemorativa. Situada en la calle Duquesa de la Victoria, la casa donde Miguel Fernández vino al mundo el 13 de mayo de 1931 se convirtió así en un punto de referencia en la ciudad, testimonio de afecto del pueblo de Melilla hacia uno de sus escritores más ilustres.

En ese inmueble, según señaló la esposa del poeta, Dolores Bartolomé, vivió hasta que cumplió los diez años, cuando murió su padre, y tuvo que cambiar su vida. 'Sagrada materia' fue la obra del poeta melillense que narró precisamente esos años felices de la niñez en la casa en la que esta semana se recordaba a uno de sus hijos más ilustres. «Tan solo muere aquello que ya nunca nos crece en la memoria», señaló Dolores Bartolomé, citando versos de su marido. Imbroda, por su parte, resaltó el valor de la figura de Miguel Fernández, así como sus inquietudes artísticas y literarias, que han perdurado con el paso del tiempo y que, en Melilla, tiene su máximo exponente con una estatua, un instituto con su nombre y ahora también una placa en su casa natal.

«Las ciudades deben recordar siempre a sus hombres insignes para las próximas generaciones», subrayó para terminar el presidente melillense.