Valle de Abdalajís reclama a Adif la puesta en valor de una villa romana

Valle de Abdalajís reclama a Adif la puesta en valor de una villa romana fechada en el siglo II d. C. descubierta a finales de 1980, durante las obras de construcción de un depósito de agua. Pocos meses después empezaron los trabajos de excavación, dirigidos por la Diputación de Málaga y que revelaron la singularidad e importancia del hallazgo, por lo que fue catalogado como un yacimiento arqueológico monumental de primer grado.

Hoy, más de tres décadas después, la zona permanece completamente abandonada y apenas quedan signos que hagan pensar que allí se levantó en su día una villa probablemente perteneciente a una familia noble de la época. «Aquello se dejó completamente, hubo saqueos y se utilizó como lugar para echar escombros», lamenta José Romero, miembro de la asociación cultural Nescania, que toma su nombre de la floreciente ciudad romana que se asentaba en tierras de Valle de Abdalajís.

Diversas peticiones

Este colectivo, creado hace pocos meses para reclamar la puesta en valor del patrimonio cultural y monumental del municipio, ha vuelto a reivindicar la recuperación de un yacimiento que no se ha tocado desde aquella excavación de 1981, que ni siquiera se llegó a completar por falta de presupuesto. De nada han servido las peticiones realizadas en los últimos tiempos por el Ayuntamiento ante la Junta de Andalucía y el Gobierno central, y ello a pesar de que hace cinco años el proyecto parecía que podría salir adelante. Fue en 2007, con motivo del acuerdo que firmaron el Consistorio y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), ente dependiente del Ministerio de Fomento y que se comprometió a financiar una serie de actuaciones para el pueblo en compensación por la rotura del acuífero durante las obras de construcción de los túneles de la línea del Tren de Alta Velocidad. En aquel convenio Adif se comprometía a destinar hasta 500.000 euros con cargo al programa del 1% cultural para poner en valor los restos de la villa romana, una iniciativa que sigue en el aire.

El alcalde, Francisco Sierras, explica que se preparó la salida a concurso de las obras por valor de 270.000 euros (la mitad de lo comprometido), pero el trámite todavía no ha salido adelante porque requería de la redacción de un proyecto previo que nunca se realizó. «Nuestro interés es hacerlo cuanto antes, pero es una actuación que paga Adif. Se está preparando la licitación y el proyecto», afirma el primer edil.

Pese al estado de abandono del yacimiento, en Valle de Abdalajís están convencidos de que el lugar es recuperable si se lleva a cabo una excavación seria y se devuelven allí varias de las piezas encontradas tras el descubrimiento y que posteriormente fueron trasladadas. Destacan en este sentido los trozos de columnas (plintos, basas, fustes y capiteles) de arenisca, que fueron llevados a los jardines del Convento de la Madre Petra, en el mismo pueblo. No obstante, algunos de esos restos de columnas fueron objeto de expolios, al igual que otros vestigios hallados tras los trabajos de excavación en el 81 de unos 500 metros cuadrados de los 900 que tiene el yacimiento.

Desde la asociación Nescania, José Romero critica la dejadez de las administraciones en este tema y recuerda además que la única intervención arqueológica, impulsada por la Diputación, fue dirigida por Bartolomé Ruiz, quien hace solo dos años fue nombrado secretario general de Políticas Culturales de la Junta de Andalucía. Las conclusiones de aquel primer estudio indicaron la singularidad de la villa, debido, entre otras razones a la aparición de un área porticada dentro del patio interior, algo poco frecuente entonces en la Málaga romana.

Además, se halló un estanque en el interior de la planta, de forma rectangular, así como numerosos restos de cerámica y algunas monedas que podrían ser del siglo III. Los investigadores subrayaron también las buenas condiciones en las que se encontraba el patio de la casa y el corredor que comunicaba con la parte noble de la villa y las habitaciones del servicio. Un segundo sondeo podría desvelar todavía más datos, ya que solamente se excavó algo más de la mitad de la superficie de la parcela.