Sufrimiento. A pesar del dolor, Víctor Puerto mató al toro, dio la vuelta al ruedo y se quedó varios minutos en el callejón antes de entrar en la enfermería. :: ÁLVARO CABRERA
Feria

El valor de un gesto torero

Con dos cornadas en el muslo, Víctor Puerto dio la vuelta y luego se empecinó en no entrar en la enfermería hasta que le convencieron

IRENE MARTÍN MOYA

Lunes, 15 de agosto 2011, 03:31

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Resultó herido el único de la terna que estaba dando espectáculo en La Malagueta. Tarde tediosa y calurosa a la que asistieron las concejalas del Ayuntamiento de la capital María del Mar Martín Rojo y Mariví Romero. También se encontraba en el callejón el ex rector de la Universidad de Málaga José María Martín Delgado. Tarde de pintores pero no para pintar, ya que también acudieron al festejo Andrés Mérida y José Rando Soto, autor del cartel oficial de las fiestas.

Víctor Puerto dio una lección de valor y coraje. Tras ser herido quiso terminar la lidia del astado, entrando a matar hasta en dos ocasiones y empleando el descabello para pasaportar al primero de la tarde. Luego no dudó en saludar la ovación e iniciar la vuelta al ruedo, haciendo todo el recorrido, incluido el saludo final en el centro del ruedo. Cuando terminó lejos de dirigirse a la enfermería, en un gesto de cabezonería, permaneció en el callejón mientras su apoderado, Víctor López Caparrós, y su mozo de espadas, Francisco Luis Salado 'Chico', le atendían lo mejor posible, taponándole la herida.

Tuvo que acercarse uno de los integrantes del equipo médico de la plaza, Juan Jesús Duarte, quien regresó con una venda y logró convencer al diestro para que fuera a la enfermería. Apoyado en su mozo de espadas, Víctor Puerto fue por el callejón hasta perder el sentido y desmayarse. Alejandro Amaya se disponía ya a iniciar su trasteo de muleta y esperó con respeto a que el director de lidia se adentrara en la sala de operaciones.

Fueron momentos de angustia, innecesarios, que se podrían haber evitado, pero a veces la adrenalina de los toreros supera lo inconcebible. Lo cierto es que Puerto había firmado una actuación muy elaborada y variada que mereció mayor premio que el resultar herido.

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Fue la única faena de la tarde. Alejandro Amaya no se encontró a gusto en su presentación en La Malagueta y puso todas sus esperanzas en el último toro que se lidió, correspondiente al herido, Víctor Puerto. «He tenido poca suerte, me queda uno y espero que me brinde las oportunidades que necesito. No he podido dejar ni asomar el torero que soy. En el campo me estaban saliendo las cosas esta temporada pero en la plaza, los toros no me están permitiendo demostrarlo», comentó tras estoquear al segundo de la tarde ante los micrófonos de Punto Radio. Era su segunda actuación en territorio español este año.

Protagonismo

Cobró protagonismo en la tarde el subalterno Joselito Rus, de la cuadrilla de Amaya, al que le cedió el sitio en el tercio de varas. Apatía, desagrado y desinterés es lo que demostró el mejicano en su debut en Málaga. Lejos de aprovechar la oportunidad que quiso ponerle por delante el infortunio, Alejandro Amaya no se apretó los machos en una tarde propicia para ello. No son las maneras, ni la actitud para presentarse en una plaza de primera categoría.

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José Chacón, banderillero de Sebastián Castella, también se encontraba en el callejón ofreciendóle consejos al diestro mejicano y a su cuadrilla. Por otra parte, David Flores, fue a animar a Víctor Puerto en tarde desaventurada y se le vio muy preocupado tras el percance.

El diestro madrileño, afincado en Sevilla, dejó caer a su entorno que su intención era volver a los ruedos el próximo viernes. Está anunciado en Ciudad Real, abriendo cartel a José Tomás. La terna la completa César Jiménez ante toros de Torrehandilla y Torreherberos. Desde luego en Málaga demostró que ganas no le faltan. Sería la segunda ocasión en la que actúa junto al diestro de Galapagar puesto que ya lo hizo el pasado día 23 de julio en la reaparición de Tomás en la plaza de toros de Valencia. En esa ocasión los toros no ayudaron y la labor de Puerto no cobró importancia.

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Hablando de posibles cambios en las cartelerías, la empresa de Málaga baraja la opción de no anunciar un sustituto para Cayetano, que tal y como se informó ayer, puede que sea baja el próximo jueves. En tal caso, cabe la posibilidad de que el cartel quede en un mano a mano en la lidia de a pie entre Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera.

El diestro madrileño declaró, según recoge la agencia Efe: «Uno siempre quiere ir más rápido y al final es peor. Así que prefiero ir avanzando. Parece que todavía no está consolidado el hueso del todo». Sufre una fractura del cuarto metacarpiano de la mano derecha que lo mantiene alejado de los ruedos desde hace más de un mes.

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Antes de la corrida, pocos augurios había de lo que podía suceder. En los aledaños de la plaza de toros, media hora antes del festejo, los aficionados que allí se encontraban pudieron disfrutar de un repertorio de música y baile ofrecido por un grupo de baile de la cerveza Victoria que amenizaron la entrada a los toros, en un ambiente de festividad.

Ambiente de festividad que esperemos que hoy vuelva a su ser. En cuanto a la corrida, llegan buenas noticias ya que al parecer los toros de La Quinta han sido aprobados en el primer reconocimiento. Por lo tanto, el mano a mano en la lidia de a pie entre El Juli y José María Manzanares con el encaste santacoloma está asegurado, a falta del último reconocimiento que se realizará por la mañana, previo al sorteo.

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Dicho encaste vuelve a La Malagueta tras la novillada del pasado jueves, y aunque El Juli tiene más experiencia en este encaste, es inusual ver a José María Manzanares estoquear toros con esa sangre, por lo que el reto y el esfuerzo es mayor. La ganadería de La Quinta llevaba sin lidiar en Málaga desde 1996, y este año la empresa le ha otorgado dos tardes para demostrar la valía de un encaste con el que las figuras están dispuestos a medirse.

Mañana mismo también, tendrá lugar a las 12 horas el homenaje a Antonio Ordóñez que de manera tradicional organiza el aficionado Antonio Hidalgo. El acto consiste en la colocación de un canastillo de flores en la placa que recuerda al maestro de Ronda en las dependencias interiores de la plaza, junto a la puerta grande.

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Puerta que aún no se ha abierto para dar salida a los toreros en hombros en señal de su triunfo y puerta que esperemos se abra en los próximos días. Sólo Antonio Barrera ha logrado cortar una oreja en lo que va de feria.

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