
CRISTINA GONZÁLEZ
Viernes, 6 de agosto 2010, 10:58
Publicidad
Marbella late a otro ritmo en verano. Casi taquicárdico. En invierno la ciudad anda alicaída. Faltan los turistas que se apiñan en torno a los grandes yates amarrados en Puerto Banús y que casi tienen que coger número como en la carnicería para hacerse la típica foto para fardar. Hasta se echan en falta a los paparazzis que se apostan, a veces con poca discreción, en los lugares estratégicos a la espera de que asome la novia del primo de algún famoso. Alguna exclusiva con la que ir rellenando la casilla de ingresos estivales. Pero con el calor la cosa cambia. Mucho más en un mes de agosto que ha arrancado al rojo vivo con la visita de la primera dama estadounidense (si a estas alturas no se ha enterado de que Michelle Obama está pasando unos días en Marbella, necesita urgentemente volver a sintonizar la señal de la TDT o salir inmediatamente de la cueva en que anda metido).
El mundillo del corazón, esa víscera que a lo largo de la historia ha dado tanto juego a Marbella, anda revuelto con tan notables turistas y casi ha pasado por alto una de las citas benéficas que se consolida con el paso de los años en la ciudad y que tiene como finalidad, precisamente, mimar este músculo a veces tan descuidado. (Que se lo digan, por ejemplo, a los que llevan horas correteando detrás de los hombres de Harrelson, que no de Paco, que acompañan a la mujer de Barack Obama por su periplo por la Costa del Sol). La Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón celebraron el miércoles, justo cuando Michelle y su comitiva cenaban en el casco antiguo, su tradicional cena benéfica en el restaurante Babilonia de Olivia Valère, que después de contar sus andanzas de ricachona en la caja tonta, con pelos, señales y hasta 'tam-tam' ya no necesita presentación.
A la trompeta
Por el sarao asomaron la diseñadora y amiga de los famosos Marily Coll (lo siento, 'google' me chiva su nombre terminado en 'i' o en 'y' y puestos a estar en Marbella me he decantado por la segunda, que suena mucho más 'chic'. ¡Dónde va a parar!). También Pepe 'El Trompeta', supuesto hijo del marqués de Larios -al menos así lo está defendiendo en los tribunales- que está a la espera de que el ADN y el juez le suban definitivamente a un árbol genealógico que de momento sigue mirando desde el césped.
La empresaria Kristina Szekely fue distinguida con el premio Corazón de Oro Profesional, mientras que la nota de color la puso el periodista y director de Protagonistas de Punto Radio, Luis del Olmo, que acudió a la cita acompañado de su mujer. En un arranque de espontaneidad, se subió al escenario y se atrevió a entonar 'El rey', una de las canciones mexicanas que animan cualquier fiesta que se precie. «No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey...», afinó. El de las ondas, seguro que sí.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.