El humorista Diego Arjona muestra una bandera de España en la cafetería Mercedes en Algeciras. :: S. B.
ALGECIRAS

Diego Arjona, cómico, actor y director de cortometrajes: «Me gustan los cómicos que se implican y saben improvisar»

El cómico algecireño Diego Arjona prepara la segunda temporada de 'El club del chiste' y un libro sobre humor y humoristas españoles

SANDRA BALVÍN

Martes, 13 de julio 2010, 03:55

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La agenda de Diego Arjona apenas tiene páginas en blanco desde que comenzó su andadura en 'El club del chiste'. Ha aprovechado una pausa el programa de televisión, tras finalizar su primera temporada, para pasar unos días en Algeciras. Las cosas han cambiado. Ahora es preciso detener la grabadora cada vez que alguien se acerca a preguntarle si es el de los chistes de la tele, pedirle un autógrafo o hacerse una fotografía junto a él. También pasa algún viejo amigo al que se alegra de ver y con el que comenta qué tal le van las cosas. Nunca parece acelerado. Mantiene la calma, atiende a todos e incluso saca tiempo para ir a comprarse una camiseta de la selección. Tiene unos minutos para hacer balance de los últimos meses y hablar de sus planes más inmediatos, que incluyen un libro sobre el humor en España.

- Hoy cambiamos el «Antonio Perles oé, oé» por el «España, España oé oé»...

-¡Viva España! Yo sabía que íbamos a ganar. De hecho, en una entrevista que me hicieron cuando empezó el Mundial nos preguntaron a tres miembros de 'El club del chiste' qué recomendaríamos a Del Bosque si España llegara a la final. Yo dije que le recomendaría la segunda parte de 'Soldado Universal'. La ha tenido que ver porque hemos ganado. Me di cuenta de que Holanda también la vio, pero aplicó la parte mala, la de las patadas en el pecho y el juego sucio.

- Después de una temporada de éxito, puede hacer balance de su paso por el programa

-Lo considero como un punto de inflexión en mi carrera y en mi vida. Mucha gente me dice que ya me he hecho famoso. La fama no es lo que me importa porque es efímera e intangible. Lo que me gusta de la fama, de que te reconozcan o te pidan autógrafos, es que simboliza el reconocimiento de todo lo que has trabajado. Siendo un completo desconocido, una gran empresa como Globomedia me ha dado una oportunidad. Anabel Alonso, por ejemplo, es un valor seguro, pero a mí no me conocía nadie. Me he encontrado con personas con una categoría humana impresionante.

- ¿Qué ha aprendido?

- Yo ya contaba chistes, pero he aprendido muchas cosas como actor y con el medio que en una escuela me habría llevado mucho más tiempo, o ni siquiera se enseña. Encima, tendría que pagar y aquí me pagan por aprender. Es un placer. No sé si irá a más o a menos. Espero que siga y, si no, la experiencia desde luego habrá merecido la pena. Que me quiten lo bailado.

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- El baile era lo que más le costaba. ¿Lleva mejor la coreografía del programa o aún se le resiste?

- Hombre, por favor, si yo he nacido para bailar. Voy a dar una primicia: vamos a cambiar de canción en la segunda temporada. La coreografía también. Lo que pasa es que una vez que pillas la primera, pillas la segunda «ipsofactamente». La pillé en 0,2. Lo hago igual de mal que antes, pero con más ganas.

- Tiene grandes defensores y algún que otro gran detractor. ¿Le afectan las críticas?

- Decidí no leer las críticas porque las buenas le gustan a todo el mundo y te llenan el ego, pero también están las malas; y si lees las buenas, tienes que leer las malas. Al final decidí no dejarme condicionar ni por lo bueno, ni por lo malo; seguir haciendo mi trabajo como yo crea o como me indiquen que tengo que hacer. Le hago caso al director, a mi instinto y al público. Es muy sencillo, si vas a hacer un espectáculo y la gente no se ríe, es que no funciona. No hace gracia y punto. Y al revés. Es el único indicador que sigo para trabajar.

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- Con tantos chistes contados habrá alguno que no funcione...

- En todos estos meses habré contado unos 2.000 chistes y sé que, aunque como profesional tengo que hacer que todos sean buenos, unos son mejores y otros peores. Con unos se tiran al suelo de risa y con otros de das cuenta de que no. Lo notas al día siguiente cuando lo han visto dos millones de personas.

- ¿El silencio es peor que el llanto para un cómico?

- Por supuesto. En el plató ves si se ríen o no. A pesar de que sea un plató, ves que tanto el silencio como la carcajada son espontáneos. Se improvisa mucho y la gente suele agradecer mucho con las improvisaciones. Pero no sé si las personas que nos ven en sus casas se ríen o no se ríen. Cuando vas a un espectáculo en directo estás solo ante el público y se escuchan los grillos y ves pasar una bola de paja como en el Oeste, te quieres morir. A veces te dicen que les ha gustado y es que, aunque no se rían, reaccionan de otro modo, en una misma ciudad dos días van bien y el tercero no...es impredecible. Son muchos factores que no se pueden controlar, pero normalmente vas a tiro hecho.

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- ¿Cual es su 'chistera' particular?

- La mayoría vienen de nuestros guionistas, otros de mi repertorio de toda la vida y algunos me los he inventado sobre la marcha. Siempre lo consulto antes de salir. Leo Harlem y yo somos unos enfermos, estamos inventando chistes constantemente y nos picamos. Empezamos «bueno, hoy toca se abre el telón» y sacamos cincuenta, y de los cincuenta a lo mejor salen dos que merece la pena contar. Los guionistas lo agradecen porque los chistes son finitos, algún día se acaban. Es muy divertido. Si ves que te has inventado un chiste y la gente se ríe, la alegría es doble.

- ¿Un monologuista en directo tiene que ser un poco cabaretera?

- Me gusta mucho estudiar al público antes de salir, ver a quién me voy a acercar, suele funcionar. Tenemos que ver lo que hay. No me gustan los cómicos que llegan a soltar su rollo y se van. Me gusta el público que se implica y el cómico que sabe improvisar según lo que tenga delante. Yo lo intento, si no, lo veo un poco frío. Hace poco estuve en Palma de Mallorca en una convención para Multióptica y entré con un pequeño monólogo de cinco minutos sobre las ópticas y se partían. También es un guiño para que vean que te has molestado en preparar algo especial para ellos.

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- Antes de empezar la entrevista decía que había comprado una grabadora para su libro, ¿de qué libro se trata?

- Es algo que surgió cuando fui a la presentación del último libro de Ángel Gómez en Madrid. Fui a cenar con él y su editor, que me comentó si estaría dispuesto a escribir un libro sobre el humor en España. Después de que me planteara la idea acepté. Hablaré de mis humoristas favoritos, estoy entrevistando a algunos, e incluiré algunos de mis monólogos.

- ¿Cuándo se publicará?

- En principio está previsto para diciembre. Te das cuenta de lo complejo que es, no sólo escribir, sino documentarte, preparar las entrevistas y poner orden en las ideas. Tengo muy claro que no soy escritor, yo aportaré mi punto de vista. También me está dando la oportunidad de poder conocer a humoristas que para mí son grandes. Al principio estaba pensado como un manual, pero yo no soy maestro de nada, yo aprendo.

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