
SUR
Lunes, 31 de mayo 2010, 03:56
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Severo y benigno, enérgico y humilde, audaz y paciente, gentil y puro de corazón. San Fernando es uno de esos modelos humanos que conjugan en alto grado la piedad, la prudencia y el heroísmo. Para muchos es, sin duda el español más ilustre del siglo XIII, y una de las máximas figuras del país; quizá con Isabel la Católica, la más completa de toda la historia política.
Pero el patrón de Ingenieros no fue un monje en palacio, sino galán y gentil caballero. Amaba la buena música y era buen cantor. Unía a estas gentilezas elegancia de porte, mesura en el andar y el hablar, dotes de conversación y una risueña amenidad en los ratos que concedía al esparcimiento. Supo ganarse el apoyo de los suyos más por la persuasión y el ejemplo personal que por la fuerza.
San Fernando unificó durante su reinado las coronas de Castilla y León. Reconquistó las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jaén y Murcia. Mandó levantar las catedrales de Burgos, Toledo y León y universidades como la de Salamanca y Valladolid. Es Patrón de ciudades españolas como Aranjuez y Sevilla y de varias ciudades del continente americano como San Fernando de Apure en Venezuela, donde cada 30 de mayo se realiza un baile popular en su honor.
Robusteció la vida municipal y redujo al límite las contribuciones económicas que necesitaban sus empresas de guerra. Creó la marina de guerra de Castilla. Preparó la codificación de nuestro derecho e instauró el idioma castellano como lengua oficial de las leyes y documentos públicos, en sustitución del latín.
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El Arma de Ingenieros, Transmisiones y Cuerpo de Ingenieros Politécnicos rama Construcción celebró ayer la festividad de su patrón premiando a quienes en el último año han destacado por su labor, reconociendo el trabajo hecho por todas las unidades a lo largo de los últimos meses, exponiendo las actuaciones previstas para el próximo ejercicio y recordando a los que dieron su vida por la patria. Con 'vivas' para España, el Rey y San Fernando se alcanzó el punto álgido de una ceremonia presidida por el comandante general, César Muro Benayas, y que contó con la presencia del vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma y del delegado del Gobierno. El himno de Ingenieros puso el broche de oro a un acto que se cerró con la despedida a la bandera y el desfile de la Fuerza. El buen tiempo contribuyó a hacer de la jornada un día inolvidable.
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