
La devoción cofrade clama la muerte de Cristo en el interior
El Viernes Santo congrega a miles de fieles en las comarcas de Antequera, Ronda y Guadalhorce para llorar por la pasión de Jesús
PPLL
Domingo, 4 de abril 2010, 04:04
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CRISTO ha muerto y el interior de la provincia lloró la noche del Viernes Santo al ver pasar al Mesías camino del monte Calvario, sufrir su crucifixión y lamentar su pérdida en la cruz. El cuerpo yacente de Jesús en el Santo Sepulcro despertaba respeto y silencio ante los miles de fieles que llenaron las calles de las comarcas de Antequera, Ronda y Guadalhorce para acompañarle en su pasión.
En la ciudad de El Torcal, el Viernes Santo infiere en los devotos un sentimiento cristiano sin igual cuando ven 'correr las vegas' a los hermacos de las archicofradías de la Paz y el Socorro en una tradición en la que los portadores de trono van a la carrera por empinadas cuestas para bendecir los campos alentados por decenas de cofrades y devotos que corren junto a ellos. Las 'vegas', que causaron caídas y lipotimias -uno de los afectados fue el hermano mayor del paso de la Paz- se corrieron tras el emotivo encuentro de las archicofradías en la plaza de San Sebastián, cita que tuvo un segundo cruce de miradas en la 'Citarilla', donde la Virgen de la Paz se despidió de la del Socorro. La Cofradía de la Soledad retomó la tradición de ir tras ellas, después de varios años sin hacerlo. Esta vez con el alumbrado público iluminando, la Virgen lució palio tras tres años saliendo sin él. Hoy, saldrá el Resucitado.
La jornada del Viernes Santo se inició en la ciudad del Tajo con la estación de penitencia de la Venerable Hermandad Trinitaria del Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora de las Angustias, que estrenó dos cuerpos de pertigueros, uno para el trono de la Virgen y otro para el Cristo; un vestido y un manto bordado para la Virgen y un mástil y bandera trinitaria, entre otros enseres.
Por la tarde, el sentimiento cofrade se trasladó al barrio de San Francisco. Allí inició su procesión la Real Hermandad del Santísimo Entierro de Cristo, Nuestra Señora de la Soledad, Cristo Resucitado y Nuestra Señora de Loreto, que hoy Domingo de Resurrección saldrá de nuevo a las 10.30 horas. La Hermandad de María Santísima en la Soledad cerró la jornada con su salida desde la Iglesia de la Merced, acompañada de música de capilla.
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Los Moraos y los Verdes de Alhaurín el Grande llevaron a cabo el Viernes Santo, con gran brillantez y espectacularidad, lo mejor de su repertorio de la Semana Santa en cuanto a procesiones de sus Sagrados Titulares y representaciones en vivo de la Pasión y Muerte de Jesucristo. Para la pasada madrugada estaba previsto que ambas cofradías escenificaran junto a sus ermitas la Resurrección. Hoy, el desfile de Nuestro Padre Jesús Resucitado, de los Moraos, devolverá la alegría. A mediodía, la imagen saldrá de la ermita de San Sebastián, a donde volverá tras una misa en la parroquia.
La recién remodelada plaza Baja de Álora fue el mejor escenario posible para la popular fiesta de La Despedía, en la que miles de personas volvieron a darse cita para presenciar las tres 'hincás' de los portadores de los tronos de Jesús Nazareno de las Torres y la Virgen de los Dolores Coronada.
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Ya por la noche, el jolgorio de la mañana se tornó en sobriedad y recogimiento durante las procesiones de Nuestra Señora de la Piedad, Santo Entierro (que estrenaba trono), Ánimas y la Virgen de la Soledad. Las numerosas velas que iluminaron las calles a oscuras fueron la nota más destacada de una madrugada de luto y dolor.
Rozaban las once de la mañana del Viernes Santo cuando los tambores del Tercio de la Legión anunciaban la salida del Dulce Nombre de Jesús, el Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Paz. Seis horas más tarde, las miradas se colocaban en la parroquia de Santa Ana, desde donde salían Nuestro Padre Jesús de la Humildad y María Santísima de los Dolores, para bajar una gran y pendiente escalinata. Ya entrada la noche, y en un silencio atronador, el cielo recibía a Nuestra Señora de la Soledad y Madre de Dios, al Santo Sepulcro, a Nuestro Padre Jesús de la Columna y al Santísimo Cristo del Mayor Dolor.
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Desde muy temprano, Campillos vivió uno de los días grandes de la Semana Santa. A las once de la mañana, el cortejo procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Misericordia y María Santísima de las Lágrimas iniciaba su recorrido penitencial. Las gotas de lágrimas recorrían el rostro de la Virgen en un gesto contenido de inmensa tristeza, pena y dolor. Al caer la noche, llegó la muerte. En un estremecedor silencio, roto únicamente por el sonido de las bandas, el Santo Entierro de Cristo y María Santísima de las Angustias hacían su salida penitencial desde su casa hermandad.
La Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y Santo Entierro de Cristo realizó su estación de penitencia el Sábado Santo, siendo la única procesión que se realiza en la provincia en esta jornada. Sus devotos, conocidos como los cristinos, no pudieron salir el año pasado por la lluvia. Hoy Domingo de Resurrección habrá una procesión donde participarán los niños del pueblo, ataviados como cristinos y jesuitas (seguidores de la otra hermandad de Arriate, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno), mientras que las niñas llevarán mantilla.
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