
Elena Expósito es madrileña y tiene 44 años. Alberto Álvarez es nerjeño y tiene 47. Ambos son policías nacionales. Ella está destinada en la Comisaría ... Provincial de Málaga y él está en el Consulado Español en la ciudad de Bata, en Guinea Ecuatorial. Este pasado Domingo de Ramos, sobre las 17.00 horas, ambos paseaban con sus familias, que son amigos, por el entorno del Balcón de Europa, después de haber almorzado en un restaurante de la zona.
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En un momento dado, oyeron a mucha gente gritar, y se acercaron. Había un hombre en el suelo, de unos 75 años. Según sus familiares acababa de sufrir un infarto de miocardio. Expósito y Álvarez no se lo pensaron dos veces y se apresuraron a ayudar. «No tenía pulso, la cara estaba morada, sin respiración», rememora la agente policial, quien explica que comenzó a realizar las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), con la ayuda de su compañero de profesión y amigo.
En pocos minutos, «que se nos hicieron eternos», consiguieron que el hombre recobrara el pulso, «muy débil», y que empezase a respirar poco a poco. «Lo colocamos entonces en posición de seguridad, y ya fue cuando llegaron los compañeros de la Policía Local, que traían un desfibrilador portátil, pero no fue necesario llegar a utilizarlo», apostilla la agente policial, nacida en Madrid pero afincada en la provincia desde hace varios años.
No tardó en llegar tampoco la ambulancia del centro de salud de Nerja, que trasladó al anciano infartado al Hospital Comarcal de la Axarquía, donde permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Aunque grave, su pronóstico es favorable y, en principio, su vida no corre peligro. «La familia nos ha llamado para agradecernos profundamente lo que hicimos, le hemos salvado la vida, nos dicen que somos sus ángeles de la guarda», cuenta la agente policial.
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Aunque ni ella ni su compañero de profesión y amigo se consideran unos héroes, «hicimos simplemente lo que teníamos que hacer», sí que admiten que es la primera vez que no estando de servicio se encuentran con una situación de este tipo. «De uniforme sí hemos tenido bastantes actuaciones así, pero en un Domingo de Ramos, con el Balcón de Europa de Nerja repleto de gente, ha sido la primera vez», admite.
Elena Expósito está trabajando en la capital, mientras que Alberto Álvarez está pasando unos días de vacaciones junto a su familia en la localidad costera más oriental de la provincia. Ambos esperan que el anciano al que salvaron la vida en la sobremesa del primer día de la Semana Santa de este 2024 se recupere «muy pronto», para poder seguir disfrutando de la vida en compañía de sus tres hijos y nietos. «Venían de comer de algún sitio, son vecinos del pueblo», apunta.
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