
La higiene de manos se ha convertido en un tic obsesivo. Y no precisamente por capricho. La guerra contra el coronavirus ha hecho de este gesto cotidiano una de las armas más accesibles para frenar su propagación. Sea como fuere lo cierto es que posiblemente nunca nos hayamos lavado las manos tanto -y tan enérgicamente- como en estos últimos días. Y como todo abuso, tanta repetición tiene sus consecuencias. Para algunos más que para otros. Así, como recuerda la dermatóloga María Victoria de Gálvez -miembro del comité científico del Colegio de Médicos de Málaga-, el lavado de manos aunque en el presente es sumamente necesario, acaba perjudicando a la piel al romper la barrera cutánea normal. La bajada de temperaturas de estos días tampoco ayuda, ya que el frío es otro enemigo.
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El lavado excesivo puede ocasionar, pues, dermatitis irritativa en las pieles más secas, atópicas, al eliminarse el denominado 'manto lipídico', la capa de grasa que protege la piel. Además, hay que tener en cuenta que ciertos jabones y geles pueden llegar a resecar aún más la piel de las manos. ¿Las señales de alarma? Enrojecimiento, sequedad excesiva o la aparición de grietas y fisuras. Seguro que a muchos ya les suena.
Llegados a este punto la pregunta que asalta a muchos es ¿qué hacer? Y es que muchas manos empiezan a resentirse. Al respecto, María Victoria de Gálvez aporta una pautas básicas a tener en cuenta. Entre ellas, en caso de empezar a tenerlas dañadas, aplicar alguna crema hidratante con activos emolientes, nutritivos y reparadores de la barrera epidérmica justo después de secarlas bien tras los lavados, antes de que la humedad puede estimular la sequedad y la aparición de grietas. La temperatura del agua también puede aliviar. «Mejor tibia, evitando abusar del agua muy caliente que puede ser más perjudicial», sostiene esta experta que añade otro consejo: la crema mejor sin perfume.
En caso de no tener cremas en casa, De Gálvez propone usar algún aceite o sustancia grasa similar -cita al aguacate- que sirva de bálsamo.
Una o dos veces por semana, es aconsejable mientras dure esta situación, utilizar una mascarilla. Se puede sustituir por una capa densa de crema. Su acción se potencia si se emplean unos guantes de algodón. La exfoliación, también es conveniente. Si no se dispone de un producto específico, se puede recurrir a recetas 'caseras' como un peeling de aceite de oliva y azúcar.
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