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Tras una laboriosa cópula controlada por veterinarios y miembros del equipo de Herpetología de Bioparc Fuengirola, Ora, la dragón de Komodo adulta del parque malagueño, ... ponía 12 huevos. Tras ocho meses de incubación controlada, en marzo de este año eclosionaba la primera cría de esta especie en peligro de extinción. Le pusieron de nombre Juanito. Y a él le siguieron Fénix, Embum, Drakaris y Saya. Bioparc Fuengirola se convertía así en el primer parque de España que lograba en el país en nacimiento de crías de dragón de Komodo en los últimos 10 años y el quinto que lo consiguía en Europa.
Pero el nacimiento de Juanito fue especial por partida doble, ya que el huevo en el que se había formado venía con sorpresa. Durante los ocho meses de incubación, Juanito no había estado solo en su interior, sino que lo acompañaba su hermano gemelo, Boquerón.
Tristemente, Boquerón no llegó a eclosionar con vida, a pesar de que se había desarrollado casi por completo. Presentaba malformaciones «que habrían comprometido su desarrollo si hubiera nacido vivo. En concreto, tenía una malformación de la boca. No habría sobrevivido durante mucho tiempo, ya que este defecto de desarrollo le habría impedido comer con normalidad», explica Rosa Martínez, veterinaria en Bioparc Fuengirola.
Como señalan desde el parque, a pesar de que los nacimientos de gemelos no son muy comunes en reptiles, ya han sido varias las veces que este fenómeno ha sido descrito en especies de serpientes, tortugas (incluso marinas) y lagartos, incluidos varanos. «Aunque no es común, tampoco es un hecho aislado», comenta Rosa Martínez. Sin embargo, «no hay descrito ningún caso en dragones de Komodo en el que el desarrollo de gemelos haya sido tan avanzado como este; al menos en cautividad, que es donde se habría visto fácilmente. No hay reportes de gemelos en libertad, pero no quiere decir que no haya podido ocurrir», añade.
Ahora el equipo veterinario y de herpetología de Bioparc busca las posibles causas que provocaron que este gemelo no sobreviviera. Durante la necropsia, se comprobó que cuando Juanito eclosionó, el gemelo ya llevaba unos días sin vida. Esto hizo que el equipo prestara especial atención a la evolución de Juanito en sus primeros días. «Debíamos comprobar si había podido absorber alguna toxina del cadáver de su gemelo antes de nacer, pero no parecía que hubiera sucedido y Juanito se ha ido desarrollando adecuadamente, sin mostrar signos de que le haya afectado la muerte in-ovo de su gemelo».
Nueve meses después de la eclosión de los cinco pequeños dragones de Komodo, Bioparc Fuengirola ha procedido a identificarlos a través de un microchip. Este chip permite la identificación individual de cada uno de ellos en el programa de conservación del que forman parte dentro de la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA).
El último en tener uno ha sido Juanito, el primero en nacer, pero el más pequeño de todos al haber compartido espacio dentro del huevo con su gemelo. Juanito sigue creciendo, alimentándose correctamente, pero un poco más lento que los demás, motivo por el que los veterinarios y herpetólogos del parque le observan más detenidamente y le prestan cuidados personalizados, apuntan desde Bioparc Fuengirola.
El dragón de Komodo es una especie que se encuentra en grave peligro de extinción. Tan sólo quedan unos 1.500 ejemplares en todo el mundo, 220 en centros de conservación pertenecientes a la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) y el resto en libertad en la isla de Flores, Komodo, Rinca, Padar, Nusa Kode y Gili Motang.
En los últimos 15 años la población de dragones de Komodo se ha reducido en un 25% por la quema de gran parte del bosque donde viven y por la caza furtiva. En la actualidad, a todo esto, se le suma la enorme acumulación de residuos que transportan las corrientes oceánicas y que terminan en las islas donde viven estos primitivos y grandes varanos.
Desde 2009, BIOPARC Fuengirola y la Fundación BIOPARC trabajan en el Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) del dragón de Komodo tanto 'ex situ' en sus instalaciones, como 'in-situ' en la isla de Flores bajo el proyecto Komodo Survival Program.
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