Cuatro pasos para realizar una reanimación cardiopulmonar a un perro o gato

Si lamentablemente nuestra mascota deja de respirar o su corazón ya no late, podemos intentar hacerle una reanimación cardiopulmonar (RCP), al igual que se le hace a un ser humano. Los pasos a seguir son sencillos, pero hay que tenerlos siempre presentes por si es necesario practicarlos en algún momento:

1. Observa si las encías y labios del animal tienen color gris o sus pupilas no responden a la luz. Mira también que el animal no tenga nada en el interior de su boca que le esté obstruyendo la garganta. De ser así, hay que sacarle el objeto.

2. Verifica si la mascota respira o tiene pulso, ya que de ser así, no se le realiza el RCP. Para ello, hay que fijarse en si su pecho se mueve o si echa aliento por su hocico. Asimismo, se puede intentar escuchar los latidos poniendo la cabeza sobre su pecho o buscar las pulsaciones a través de sus patas.

3. Tumba al animal sobre su lado derecho, dejando el izquierdo hacia arriba, que es el lado del corazón. Coge su cabeza, cierra la mandíbula con las manos e insufla varias veces aire en su nariz (mascotas grandes) o en su nariz y boca (mascotas pequeñas/medianas) hasta que notemos que su pecho se hincha.

4. Realiza 3 respiraciones y 5 compresiones en animales pequeños/medianos, y 5 respiraciones por cada 10 respiraciones en mascotas grandes. Hay que hacerlas de forma firme, pero teniendo cuidado de no romperle ninguna costilla.

Si durante 20 minutos o media hora de reanimación el perro no responde, ya no podremos hacer nada por él. Si por el contrario revive, habrá que llevarlo corriendo al veterinario.