Fernando Sartorius: «No hay nada más democrático que el cuerpo»

Hizo sudar la gota gorda a Elsa Pataky hasta dar a luz. ¿Ese es el secreto para estar así después de un embarazo?

Elsa lleva haciendo deporte toda la vida. Desde niña ya lo practicaba, incluso uno de sus novios fue culturista... A mí me vienen muchas mujeres embarazadas que se quieren poner en forma, pero yo les digo que deberían haber empezado antes.

La receta es trabajo y esfuerzo.

Se necesitan años. Es como el que tiene una carrera, un músico o un artista... Tú ves el producto final, la gloria, pero no el esfuerzo que ha costado. Siempre pongo el símil del tenis: la gente tiene la imagen de Nadal ganando un Roland Garros y no se da cuenta del sufrimiento.

¿Se podría decir que Elsa ha sido su alumna aventajada?

Hombre, también porque estas actrices y modelos viven de la imagen y les interesa estar bien. Otras personas no tienen esa presión. Ellas tienen los medios: entrenador personal, productos buenos, cremas... El mundo de la cosmética está muy bien, pero por mucho que tapes y muchas capas de pintura que pongas, tienes que tener musculatura.

¿Cómo se pasa de vender lavadoras a poner en forma a Nicole Kidman?

(Carcajadas) No fue tan drástico. Yo fui a una universidad americana con una beca de tenis, pero no quería seguir estudiando y mi padre me dejó de mandar dinero. Entonces vi un anuncio en Texas que ponía: «Se busca gente con mentalidad deportista». Fui a la entrevista y me sacaron un aspirador. Yo no entendía nada. Era una oferta para vender aspiradores, pero si ponían eso no iba nadie. Me convertí en el vendedor número 1 de EE UU. Y eso que no vendí ni la primera, ni la segunda... Pero perseveré y a la octava lo conseguí. Esa es la lección que aprendí, que las cosas no se consiguen a la primera. ¿Se entiende?

¡Perfectamente!

¿Sabes qué pasa? Que la fuerza de voluntad no funciona. Yo, como entrenador personal, tengo que conseguir que la gente se aficione a algo que le guste. En el fitness hay mil deportes: pilates, yoga... El ejercicio se tiene que convertir en juego, si es disciplina, no vas a perseverar.

Su receta es 80% sacrificio y 20% de disfrute. ¡Habrá quien quiera salir corriendo!

El vicio, la televisión y la comida basura parecen divertidos, pero tiene efectos secundarios. Te deprimen. Lo que te da felicidad es tener un objetivo que valga la pena y luchar por él.

¿Cuál ha sido el reto que más le ha costado conseguir?

¡Con la edad que tengo he conseguido muchos! Ja, ja. Por ejemplo, el de las aspiradoras, también fui tenista, me vine a Los Ángeles yo solo, me he hecho un hueco... Soy un privilegiado porque siempre he hecho lo que me ha dictado el corazón y muchas veces me he lanzado al vacío. ¡Y aquí sigo dando guerra!

Algo a cambio de nada

Ha entrenado a Halle Berry, Nicole Kidman... ¿Cómo son en las distancias cortas?

¡Dicen que he sido entrenador de medio Hollywood y no! He entrenado a Salma Hayek, a Tom Cruise... Y son gente normal, tienen una imagen y al principio se protegen mucho, pero luego son como tú y yo. No hay nada más democrático que el cuerpo. Da igual si eres Elsa Pataky, Rajoy o Iglesias. Tú te levantas por la mañana y tienes que decidir qué vas a comer. Yo vivo en EE UU, pero leo el periódico todos los días y me hace gracia que el presidente pasee por La Moncloa, Pablo Iglesias corra, Sánchez juegue al baloncesto, Rivera nade... ¡Todos hacen deporte! Si eres joven puedes vivir del cuento, pero luego te va a pasar factura.

Dice que en España somos de la mentalidad del pelotazo. En el ladrillo y en las dietas.

La gente quiere algo a cambio de nada. Y como las empresas saben que somos débiles, nos venden lo que queremos oír. Por regla general, cuando te ofrecen algo que requiere poco esfuerzo, no funciona. Si no, en vez de titular mi libro Intensidad MAX, lo hubiera llamado Fácil MAX... Por cierto, ya estoy preparando el segundo con Elsa Pataky para el año que viene.

Las mujeres tienen miedo de muscularse demasiado por hacer pesas. ¿Qué les diría?

¡Pues que no! Una chica no se pone como Hulk por hacer pesas. Hormonalmente es imposible. Al revés, al tonificar con ellas se quema la grasa.