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'Queer as Folk' y 'The L World': el fracaso de nuestros más preciados 'reboots'
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'Queer as Folk' y 'The L World': el fracaso de nuestros más preciados 'reboots'

Fueron los primeros espejos 'mainstream' en los que nos miramos, pero el regreso de ambas series ha sido un sonoro fracaso... y sabemos por qué

Lunes, 5 de junio 2023, 20:07

No era casualidad que sonara 'Proud' de Heather Small. Se trataba de las primeras secuencias de un hito televisivo que muchos han olvidado, pero no así los acordes de una canción convertida para la comunidad LGTBI en todo en un himno. «Puedo sentir cómo mi alma asciende, y nadie puede detenerme», rezaba el estribillo mientras 'Sunrise' Justin hacía su debut en escena. Acababa de nacer 'Queer as Folk', una serie pionera que ponía en el centro de la trama a gays y en menor medida a lesbianas; el espejo 'mainstream' en el que toda una generación se miró para verse reflejado por primera vez en su vida.

Emitida entre 2000 y 2005 en Estados Unidos a través de Showtime (en España no llegaría hasta 2006), la serie alcanzó las cinco temporadas. 83 capítulos con una trama argumental plagada de altibajos, políticamente incorrecta y a la que se acusó de muchas cosas desde sectores propios y ajenos al colectivo. Sus personajes –todos blancos y físicamente normativos– pasan buena parte del tiempo de fiesta, teniendo sexo y drogándose. Entonces, hubo quienes consideraron (hay que ponerse en el contexto social de hace veinte años) que aquello hacía un flaco favor a la comunidad, como si ésta tuviera que dar ejemplo. El asunto llegó a tal punto que los productores –liderados por sus creadores, Ron Cowen y Daniel Lipman– tuvieron que hacer una anotación a pie de capítulo en la que recordaban que 'Queer as Folk' no representaba a todo el colectivo.

Los personajes de Brian y Justin en la 'Queer as Folk' de 2000 Showtime

Menos polémica traería unos años después el estreno en 2004 de su réplica femenina: 'The L Word'. Creada por la experimentada productora televisiva Ilene Chaiken y de la mano, al igual que 'Queer as Folk', de Showtime, llegó a España simplemente como 'L' (Canal+, Divinity). El título hacía un guiño al tabú de pronunciar la palabra completa, 'lesbian', y traía como aval grandes estrellas en su reparto como Jennifer Beals ('Flashdance') o Pam Grier ('Jackie Brown').

Las originales tenían defectos que hoy serían insalvables, pero triunfaron porque no se preocuparon de lo políticamente correcto

Que las protagonistas, un grupo de mujeres lesbianas de Los Ángeles, fueran ricas, normativas y femeninas –incluso Shane (Katherine Moennig), la supuesta 'butch' del grupo– poco importaba al 'fandom' de entonces. Era la primera vez que las lesbianas eran 100% protagonistas de una serie de ficción y esa valiosa representatividad pesaba mucho más en la balanza que la falta de diversidad o los bochornosos guiones de algunas temporadas.

Lo único bueno que trajo la secuela de 'The L Word': el 'endgame' de Bette y Tina. Showtime

Se ha trasladado la idea de que 'The L Word' y 'Queer as Folk' han envejecido mal. Y eso a pesar de que muchos de los temas que tocaban estas series siguen formando parte de asuntos que afectan a la comunidad LGTBI en 2023. En la ficción masculina: el sexo sin protección y el VIH, el excesivo consumo de drogas, unas primigenias 'chem sex' (demostrando que no es una práctica inventada ayer), y también la industria de la pornografía amateur, hoy elevada a fenómeno mundial debido a plataformas como Only Fans. En el drama lésbico:las familias diversas (con gran importancia de la inseminación artificial y las cuestiones que conlleva), la lucha doble del feminismo desde el lesbianismo –esa conversación donde a Bette y a Tina les preguntan que cómo van a hacer para que su hija sepa qué es un hombre y ellas responden: «Sólo tendrá que encender la tele, están por todas partes»– o las transiciones de género.

¿Y cómo se gestaron los 'reboots' de ambas series? En el caso de 'Queer as Folk', un par de años antes de que se estrenara la original, Russel T. Davis ('Years and Years', 'It's a Sin') presentó en Reino Unido un producto homónimo en el que Aidan Gillen ('Juego de Tronos') ejercía como protagonista. Aquella serie de dos temporadas y apenas diez capítulos era demasiado estereotipada y estaba plagada de situaciones un tanto absurdas, aunque ya se podía entrever el estilo estético y narrativo del creador.

La nueva 'Queer as Folk' es un pastiche que no ha gustado ni a crítica ni a público.

Casi 25 años después, ha sido el propio Russel T. Davis el encargado de relanzar el nuevo 'Queer as Folk', producida por Universal Cable Productions y emitida en Estados Unidos en Peacock (en España a través de Starz de Prime Video). La serie comienza con el atentado en una discoteca de Nueva Orleans; un hecho que no solo recuerda a la matanza de Pulse en Orlando de 2016 (en la que murieron 49 personas), sino que recoge el testigo que dejó la versión americana, cuyo final –precisamente– sucede tras la explosión de una bomba con víctimas mortales en plena actuación fantasía de Cyndi Lauper.

En el caso de 'The L Word', fue la propia Showtime la que decidió recuperar, de sus dos series LGTBI, la dedicada a las mujeres. En octubre de 2019 se estrenó 'The L Word: Generation Q' (en España, en Movistar+) de la mano de la 'showrunner' Marja Lewis-Ryan. Aunque retomaba la trama de tres de los personajes más importantes de la original –Bette (Jennifer Beals), Shane (Katherine Moening) y Alice (Leisha Hailey)– diez años después, presentaba una nueva generación como bien se destacaba en su título. Bisexuales, trans, lesbianas masculinas, personas con diversidad funcional... la lección de la falta de representatividad parecía que estaba aprendida y más que corregida.

Las lesbianas eran 100% protagonistas de una serie de ficción y esa valiosa nrepresentatividad pesaba mucho más en la balanza

Aunque puedan parecer ambas unos productos atractivos para los fans de la series originales, estas secuelas se han enfrentado a varios problemas que han hecho de estas versiones algo intrascendentes e incluso decepcionantes. En el caso de 'Queer as Folk', hasta el punto de haberse cancelado tras sólo una temporada de ocho episodios. El principal atractivo de las historias originales de Justin, Michael, Emmett, Ted, Brian y compañía era que no había nada similar. Nadie se había propuesto retratar sin complejos las vivencias de unos treintañeros gays y menos aún sin esconder el sexo. Para muchos, aquel 'Queer as Folk' supuso la primera ocasión en la que veían una felación de un hombre a otro; y eso es algo que este 'reboot' no ha podido conseguir.

El personaje de Finley, en 'The L Word: Generation Q', se intentó vender como una sucesora de Shane. Showtime

Exactamente igual pasaba con 'The L Word', una serie donde no sólo se mostraba el sexo entre mujeres de una manera fidedigna (sin caer en el error de representar posturas fantasiosas como lo han hecho películas encumbradas como 'La vida de Adèle'), sino que además lo hacía sin complejos y con la vagina –por fin– como principal protagonista.

En 'Generation Q', esta 'revolución vaginal' pasa a un segundo plano en pro de la diversidad y, sin embargo, no se consigue el mismo efecto subversivo debido a unos guiones sin sentido y a unas interpretaciones sin ninguna química. Aunque la secuela femenina de Showtime ha durado algo más, tres temporadas de unos diez episodios, el pasado marzo la productora anunció la cancelación de la misma.

El 'Queer as Folk' original fue objeto de controversia;el nuevo pasó desapercibido

Y es que el panorama audiovisual ya tiene varias propuestas que tratan estas cuestiones; algunas de ellas con un éxito notable, como 'Euphoria'. Aun así, este no ha sido el principal hándicap de los relanzamientos. Si algo poseían las originales era que huían de lo políticamente correcto y no tenían especial cuidado por elementos como la diversidad racial. Incluir personajes de todo tipo siempre es un acierto si ello no se hace con un calzador, porque entonces la consecuencia es hacer un producto como 'And Just Like That' (la secuela de 'Sexo en Nueva York'), en el que nadie se siente ofendido aunque la trama sufra por ello.

Y precisamente en aquella incorrección tenían la llave del éxito 'Queer as Folk' y 'The L Word'. En el mundo LGTBI hay parejas monógamas con hijos, travestis, personas más o menos afeminadas o masculinas con la misma validez unas que otras, transexuales, drogas, sexo seguro (e inseguro), infidelidades, diversión, drama, un excesivo culto al cuerpo o al romanticismo e historias terribles. Dejar fuera sólo una parte de ello ya supone un error en el punto de partida. 'Queer as Folk' y 'The L Word' son un éxito si consiguen que un señor de treinta se vea representado con sus amigos o que unos padres entiendan por qué tienen que apoyar a su hija lesbiana pase lo que pase. Y si no ocurre así, hay que tener en mente lo que cantaba la diosa del colectivo, la 'lady of the Disco', Gloria Gaynor: We will survive.

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