Lisboa, la ciudad de las siete colinas

Cualquier época del año es buena para visitar Lisboa. Sin embargo, los aromas y colores del otoño tiñen la ciudad con un encanto especial, acentuado por su clima de temperaturas suaves que hacen menos sofocante el pasear por la capital portuguesa. Además, viajar a Lisboa fuera de temporada es mucho más económico, pues se ofrecen mejores ofertas en vuelo y alojamiento.

Lisboa es una capital histórica, un crisol de carácter y encanto fuera de lo común, que muestra sus más de 800 años de diversas influencias culturales mezcladas con las tendencias más modernas y estilos de vida. El centro histórico de la ciudad se compone de siete colinas, siendo alguna de las calles demasiado empinadas para permitir el paso de vehículos; la ciudad se sirve de tres funiculares y un elevador (elevador de Santa Justa).

En Lisboa siempre hay algo que hacer: caminar por la ciudad con más de mil años de historia, conociendo sus monumentos y barrios más característicos; visitar la ociosa zona ribereña del Tajo que une Belém con el moderno Parque de las Naciones; divertirse en la animada noche de la capital o relajarse en sus parques, miradores, jardines, cafeterías y terrazas; conocer la historia de Lisboa a través del fado, la música típica de la ciudad; recorrer sus calles más emblemáticas a bordo del Tranvía 28; y, cómo no, disfrutar de su auténtico placer gastronómico, sus hoteles de lujo, spas y zonas de compras.

La ciudad cuenta con un sinfín de atractivos turísticos, que pueden visitarse de forma gratuita o a muy bajo coste. Además, sus bares, restaurantes y alojamientos le permitirán conocer, a través de su gastronomía y costumbres, la verdadera alma de Lisboa.

Asimismo, los hoteles de Lisboa ofrecen unos precios muy atractivos en comparación con el resto de ciudades europeas, que le permitirán vivir el lujo en la ciudad a un bajo coste. Además, los hoteles de la capital lusa están entre los más asequibles de Europa.

Para conocer la ciudad, lo mejor es recorrerla a pie, en bici o a bordo de sus tranvías. Con el característico sonido de sus campanas y su color amarillo, el tradicional tranvía lisboeta es el vehículo más utilizado de la ciudad, además de ser considerado como una de sus principales atracciones turísticas. Si hay una ruta que permite al visitante hacerse una idea completa de la ciudad, es la del famoso Tranvía 28, que desde la plaza Martim Moniz y hasta el Cementerio de Prazeres, atraviesa los históricos barrios de Graça y Alfama, o por los distritos más elegantes como Chiado Estrela y Campo de Ourique, combinando en un recorrido de diez kilómetros la Lisboa histórica y la contemporánea. Además, el tranvía es un transporte que ofrece numerosas ventajas, como el precio (el billete sencillo cuesta 1,30 euros y la tarjeta de un día con viajes ilimitados 3,80 euros) y la amplitud de horarios (circula todos los días de 06.00 a 01.00 horas).

Otra forma de conocer Lisboa es con la Lisboa Card, una tarjeta que, por lo general, permite viajar de forma ilimitada en los autobuses Carris, tranvías, funiculares, metro y líneas de tren (Rossio-Sintra-Rossio y Cais do Sodré-Cascais-Cais do Sodré), así como entrar gratuitamente a 25 museos, edificios históricos y muchos otros lugares interesantes. Puede adquirirse en cualquiera de las oficinas de Turismo de Lisboa situadas en el aeropuerto, la Palacio Foz en la Plaza de los Restauradores, Lisboa Welcome Centre en la Plaza del Comercio, la estación de Santa Apolonia, en la Calle Augusta y en el quiosco de Belém. Su precio varía dependiendo del tiempo para el que se quiera comprar la tarjeta: 18,50 euros para un día; 31,50 euros para dos días; y 39 euros para tres días.