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ALFONSO TORICES
Martes, 9 de febrero 2021, 00:09
Madrid. Ha esperado a verse al borde del precipicio, a enfrentarse al riesgo cierto de pasar seis años en prisión, para quitarse la careta y confesar. Francisco José Sanz González de Martos, más conocido en televisiones y redes sociales como 'Paco el de los 2.000 tumores', admitió ayer, por primera vez desde que fuese detenido hace casi cuatro años, que es un estafador. Que durante siete años engañó a miles de personas, simulando que necesitaba una fortuna para pagar en EE UU el tratamiento experimental que le libraría del supuesto cáncer que lo mataba, y que lo hizo dentro de un plan orquestado con el único fin de lucrarse y vivir bien a costa de los demás. Su actuación y sus mentiras han generado una gran desconfianza y han hecho mucho daño a las auténticas y necesarias peticiones de ayuda de las asociaciones de pacientes.
Este valenciano de 50 años, que con sus lastimeros y teatrales mensajes de falso enfermo desahuciado y abandonado por la sanidad pública en páginas webs, platós y redes sociales acumuló al menos 264.780 euros en donaciones, solo será condenado al final a dos años de cárcel, lo que muy probablemente le evitará volver a prisión, donde solo pasó dos semanas tras su arresto, el 8 de marzo de 2017, en su casa de Puebla de Vallbona, en Valencia.
El timador llegó, solo unos minutos antes del comienzo del juicio, a un acuerdo con el fiscal. Él aceptaba el delito de estafa y, como atenuante por confesión, el acusador público rebajaba su petición de pena inicial de seis a dos años de cárcel.
Los acusadores particulares, que representan a las víctimas, se adhirieron al acuerdo sobre la pena principal, por lo que, con seguridad, será la que recoja la futura sentencia del tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid. Idéntica confesión hizo Lucía Carmona, quien era su novia y socia en el timo en el momento del arresto, por lo que su pena se verá también reducida de tres años de cárcel a uno y nueve meses.
Sobre lo que no hubo acuerdo, y que se tendrá que determinar una vez concluido el juicio en la sentencia del tribunal de la Sección Sexta, es la responsabilidad civil por estos delitos, las indemnizaciones que los acusados tendrán que pagar a sus víctimas.
Tras la confesión de Paco Sanz, el relato del escrito de acusación de la Fiscalía pasará a convertirse en los hechos probados de la sentencia. Según este documento, lo único cierto de la historia que repitió entre 2010 y 2017 el timador es que en 2009 se le diagnosticó el síndrome de Cowden, una enfermedad de origen genético, de las conocidas como «raras» porque las padecen menos de cinco personas por cada 10.000. Se caracteriza por la aparición de una serie de tumores benignos pero, de entrada, no presenta riesgo vital. Debido a su nueva situación, le fue concedida en su día por la Seguridad Social una pensión de incapacidad absoluta, por la que cobraba 745,99 euros al mes con revalorización por IPC.
También es cierto que estuvo viajando a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental, pero lo hacía con todos los gastos pagados por los autores del ensayo. Su medicación también la recibía gratis en el Hospital General Universitario de Valencia.
Su plan de lucro comenzó en 2010 con la creación de una web -ayudapacosanz.com-, en la que reclamaba ayuda para su tratamiento, y donde afirmaba, con el altavoz de medios de comunicación, que tenía cáncer y le quedaban «escasos meses de vida». Para ampliar sus ingresos, contrató en 2013 un servicio de envío de SMS con la palabra 'Paco', con un coste de 1,45 euros y de los que se embolsaba el 60%. Eso le reportó 13.384,86 euros aportados por la generosidad de 12.312 ciudadanos.
De igual modo, logró que Miguel Hervás Abad le escribiese un libro -'Paco Sanz, una vida de sueños, una vida de lucha'-, y que el 'youtuber' 'AuronPlay' le redactase el prólogo y el 'hermano mayor' Pedro García Aguado, el epílogo, además de convertir a ambos en donantes. A su vez, el 50% de las ventas eran para él, lo que le reportó unos 2.184 euros
Entre los embaucados también está el humorista Santiago Rodríguez que, con su mejor voluntad, organizó con otros artistas una gala benéfica para Sanz en Valencia. Fue en 2013, y con ella recaudó 3.000 euros.
Cuando la policía entró en su casa, y pese a sus supuestos muy exiguos ingresos frente a enormes gastos de salud, tenía tres iPhones, un iPad, un portátil Apple, un coche nuevo, las deudas pagadas, resguardos de viajes, cruceros, y restaurantes. Y ningún abono de terapias médicas.
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