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María Albarral
Marbella
Jueves, 11 de julio 2024
Pocas opciones les quedan ya a los 180 trabajadores del hotel Guadalpín Banús en Marbella tras el lanzamiento realizado este jueves por orden del Juzgado número 1 de lo Mercantil de Málaga. «Sin cocinas no hay cocineros, sin habitaciones no hay limpiadoras, en definitiva, sin hotel no hay empleados y nos han desmantelado nuestro lugar de trabajo de manera injusta», ha señalado la presidenta del comité de empresa Jackeline Largacha.
Desde las 5 de la mañana el establecimiento se encontraba acordonado por parte de la Policía Nacional que ha estado identificando a las personas que se acercaban al hotel. Algunos de los trabajadores de las zonas afectadas por esta acción no han podido acceder a sus puestos y se han concentrado en las puertas.
Sobre las 10 horas llegaba la comitiva judicial con los dos propietarios que han demandado al complejo y que han sido increpados y abucheados por los presentes. Bajo el lema: ¡Guadalpín no se cierra!, los empleados han portado pancartas y han estado a la espera de ver cómo se desarrollaba el proceso. Más de cuatro horas se ha demorado la toma de posesión y la clausura de varias partes del hotel. Así pues, han necesitado, incluso, la intervención de un cerrajero para ciertas áreas y han quedado clausuradas de 49 habitaciones de las 181 del establecimiento hotelero de cinco estrellas, plazas de aparcamientos, cocinas y tres restaurantes con terraza pertenecientes a estas dos mercantiles que dejan de estar al servicio del conjunto del hotel.
El hotel tiene en una división horizontal del edificio que cuenta con la explotación de la empresa Grisoma desde que entraran en concurso de acreedores sus anteriores propietarios. En este sentido, actualmente existen varios inversores y el conflicto ha saltado por dos de ellos que ha hecho, según apuntan fuentes cercanas al caso, «que salte esta situación».
Tal y como apuntan desde dicha entidad «estos propietarios reclaman la expropiación de diferentes dependencias del alojamiento» a lo que añaden que «nos tememos que vayan a destinarlo a uso no hotelero, cosa que no pueden hacer porque la explotación es 100 por 100 nuestra».
Por el momento y tras el desalojo, parte de las instalaciones permanecen cerradas y la continuidad de los servicios del hotel se hace poco viable.
Situación compleja
El director del hotel, Ramón Pons, ha lamentado que «los propietarios que han solicitado el lanzamiento hayan decidido cerrar sus instalaciones».
La situación se torna compleja para la plantilla. «Ningún hotel es viable sin zonas comunes esenciales, sin cocina, sin un restaurante que de servicios de desayuno, almuerzos o snacks», ha asegurado el director quien ha añadido que «con esta actuación lo que se pretende es cerrar el hotel, hecho que tendrá que plantearse la empresa ante las nuevas circunstancias».
Mientras tanto los trabajadores han permanecido fuera a la espera de conocer cómo quedaba finalmente el asunto. «Tenemos hijos y facturas que pagar y esto es una auténtica injusticia. No sabemos si vamos a poder venir a trabajar mañana o no. Es indignante», comentaba Lola, una de las limpiadoras.
Los turistas
Esta acción judicial tiene lugar en pleno mes de julio en temporada alta de verano. El hotel tiene una ocupación del 75 por ciento actualmente y los huéspedes han reaccionado de diversas formas. Algunos han decidido cambiarse de alojamiento tras la polémica y otros continúan aunque han mostrado su malestar. «Esto es un desastre para la empresa y para nosotros porque nos van a destrozar la temporada alta», señala Antonio Morales, otro de los trabajadores en Guadalpín.
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