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JOAQUINA DUEÑAS
Miércoles, 6 de octubre 2021, 00:00
José Parra vive en la avenida Jacinto Benavente, una de las principales vías del centro de Marbella, rodeado de todos los servicios y a tan ... solo unos pasos del mercado central, de un lado, y del Casco Antiguo, por el otro. Entre los inconvenientes, el ruido del trajín diario que una calle con tanto movimiento comercial y profesional acarrea. Sin embargo, esto no había sido nunca un problema para este jubilado de 74 años que está viviendo una pesadilla desde que se instalara en los bajos de su edificio, el número 7, un supermercado Gorillas. Las máquinas del aire acondicionado están justo debajo del salón y del dormitorio de su vivienda y emiten un ruido que ha convertido su día a día «en un sinvivir», según sus propias palabras.
Ante esta situación, José no ha dudado en denunciar ante la Policía Local «el ruido constante de un extractor de aire debajo de la ventana del dormitorio durante el día y parte de la noche». Este vecino habló con la empresa antes de ponerse en contacto con las autoridades y según explica, «dijeron que iban a dar una solución instalando unos silenciadores pero no han hecho nada», lamenta. «El ruido es continuo desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche aunque ahora empiezan a apagarlo a eso de las diez, pero hay días, como el viernes pasado, por ejemplo, en los que no lo apagan y no puedo pegar ojo en toda la noche», detalla.
Parra se ha dirigido en varias ocasiones a la Policía Local que ha ampliado su primera denuncia cada vez que les ha llamado, y también al Ayuntamiento, donde ha presentado su queja por registro de entrada. Precisamente al Ayuntamiento les remiten desde el establecimiento.
El supermercado alega tener todas sus instalaciones en regla y aunque declina hacer declaraciones a este periódico, sí confirma que la documentación pertinente se encuentra en Industria por lo que serán los técnicos municipales quienes tengan que dirimir si existe algún incumplimiento de la Ordenanza Municipal Reguladora de la Emisión y Recepción de Ruidos y Vibraciones que en su artículo 15 recoge que «los aparatos elevadores, las instalaciones de ventilación, y acondicionamiento de aire y sus torres de refrigeración, la distribución y evacuación de aguas, la transformación de energía eléctrica y demás servicios de los edificios, serán instalados con las precauciones de ubicación y aislamiento que garanticen un nivel de transmisión sonora a los locales y ambientes próximos que cumpla con lo dispuesto». Para este jubilado, que pasa muchas horas en casa, la situación es insostenible: «tengo que poner la televisión a todo volumen y hay días que me voy de casa para comer a mediodía por tal de no seguir escuchando ese ruido». «¡Lo tengo todo el día medito en los oídos!», se queja.
Él no es el único afectado y otros vecinos también han presentado quejas en el Consistorio por registro de entrada. Carla Caetano, que reside en el primero, ha bajado también a quejarse al supermercado que solo se dedica al reparto a domicilio. «Tenemos que tener todas las ventanas cerradas todo el tiempo». «Conseguí hablar con ellos para que apagaran al menos a las diez de la noche porque era 24 horas y no se podía dormir», afirma. «Les dije que iba a reunir a la gente que iba a hacer una cacerolada», asegura.
Desde entonces, la mayoría de las noches está apagado pero cada mañana a las ocho les despierta el ruido del extractor y no deja de sonar hasta bien entrada la noche por lo que Parra sigue pidiendo una solución para vivir tranquilo su jubilación.
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