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Los miembros de GES Casares estudian el cauce del río. FOTO: JORGE LUIS ROMO
La misteriosa desaparición de un arroyo del río Manilva

La misteriosa desaparición de un arroyo del río Manilva

Primero se sospechó que se secó por la falta de lluvias y después porque sus aguas se filtraban por un sumidero, pero hay fotografías que demuestran que la merma está causada por varias extracciones ilegales de su cauce

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Sábado, 14 de julio 2018, 00:51

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El río Manilva, que desemboca en la localidad malagueña del mismo nombre, ha perdido una parte importante de su caudal. El motivo principal es que ha desaparecido uno de sus principales afluentes, el arroyo de los Molinos, que tenía un espectacular trazado a los pies del conjunto kásrtico de la sierra de la Utrera, en el término municipal de Casares. Allí hasta hace algo más de un año podían verse algunas de las pozas más espectaculares de la provincia, la de la Paloma y la del Infierno. Hoy están prácticamente secas.

A principios del pasado año, la explicación más sencilla era que se había secado por la escasez de lluvias. Poco después, hay quienes pensaron que el motivo principal de que desaparecieran estas aguas que iban a parar al río Manilva -a la altura de los Baños de la Hedionda- era un sumidero natural, que se tragaba literalmente las aguas del arroyo de los Molinos. Es en ese momento, en junio del pasado año, cuando la Agenda de Medio Ambiente y el Grupo de Exploraciones Subterráneas de Casares (GES Casares) colaboran para hacer una ardua investigación sobre el cauce.

Concretamente, comenzaron a inspeccionar el arroyo de los Molinos, también conocido por algunos lugareños como Albarrá, aunque este, en realidad, se corresponde con un tramo muy anterior, que nace en Sierra Crestellina. Es así como se localiza una hendidura en el cauce, que aparentemente se tragaba buena parte del caudal del río. Concretamente, está situada a unos pocos metros del conocido como Charco de la Paloma. Jorge Luis Romo, coordinador de proyectos de GES Casares, explica que «no es la primera vez que el sumidero de Albarrá -como denominan los espeleólogos que conocen la zona- absorbe las aguas del arroyo».

Así estaba hace dos años una de las pozas más conocidas de este arroyo
Así estaba hace dos años una de las pozas más conocidas de este arroyo

Tras descartarse que se abriera por algún movimiento tectónico subterráneo, se decide taponarlo de nuevo. «Lo más probable es que una riada anterior -en diciembre de 2016- provocara que el sumidero volviera a tragar con fuerza». Sin embargo, tanto el guardia fluvial de Medio Ambiente como los miembros del Grupo de Exploraciones Subterráneas de Casares se percataron de que la merma de agua del arroyo de los Molinos, principal afluente del río Manilva, no estaba sólo en ese sumidero, situado a los pies de la Sierra de la Utrera.

Después de tres días recorriendo el curso del río, descubrieron varias extracciones ilegales en su curso. Entre ellas, Romo destaca una en la que se ve claramente, «como se ha puesto hormigón en el cauce para llevarse el agua para un uso particular». Incluso, afirma el miembro de GES Casares, «hay un propietario colindante con el río que se ha hecho un lago artificial en su terreno, con nenúfares y patos incluidos, gracias a que saca agua del río».

De toda ese trabajo de campo, Romo cuenta con numerosas fotografías en las que se ven claramente esas extracciones ilegales. Sin embargo, a día de hoy, queda pendiente que la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía «emita un informe» para que estas extracciones ilegales no sigan impunes y, lo más importante, dejen de mermar el caudal del arroyo de los Molinos. Este responsable de GES Casares recuerda incluso que el guarda fluvial se quedó «asustado» por el modo tan evidente en la que algunos propietarios del entorno del río están sacando agua del río.

Parte del agua sacada del río sirve para abastecer un lago artificial con nenúfares
Imagen principal - Parte del agua sacada del río sirve para abastecer un lago artificial con nenúfares
Imagen secundaria 1 - Parte del agua sacada del río sirve para abastecer un lago artificial con nenúfares
Imagen secundaria 2 - Parte del agua sacada del río sirve para abastecer un lago artificial con nenúfares

Concretamente, como resume Jorge Luis Romo, «se han verificado diversas tomas ilegales del caudal del Arroyo en los Molinos de Cancón, Madrileño y Sordo, así como en la zona de Los Álamos en las cercanías de la Charca de la Mina». En las conclusiones de su informe, el responsable de GES Casares enumera irregularidades como «movimientos de tierras del cauce fluvial, supresión de la flora de ribera del cauce y colocación de compuertas y hormigonado del cauce, para aprovechamientos propios».

El estudio también constata que hay «una toma de agua ilegal en el Molino de Arriba (en desuso) por parte del propietario de la finca, en la zona superior del Arroyo de los Molinos, que con una gigantesca tubería y caseta para autobombas, extrae del cauce fluvial aproximadamente un 80% del caudal, incluso con movimiento de tierras y destrucción de vegetación de ribera, para abastecer una finca superior de monte de secano».

Eso sí, a la altura de los Baños de la Hedionda, un balneario natural de aguas sulfurosas, el río Manilva vuelve a tener un caudal aceptable, ya que ahí tiene otros aportes. Sólo los excursionistas que deciden buscar las antes mencionadas pozas del Infierno y de la Paloma se percatan de que el cauce está seco, con el perjuicio que conlleva para el ecosistema de la zona.

Canal realizado en la margen derecha del arroyo
Canal realizado en la margen derecha del arroyo

Además, como explica Romo, se da la circunstancia de que tanto el río Manilva como los arroyos precedentes, están declarados como Zona de Especial Conservación, lo que conlleva la mayor protección de la Unión Europea por su hábitat de interés comunitario.

En este sentido, el coordinador de proyectos de GES Casares recuerda que «la Junta de Andalucía debe velar por la protección de este importante cauce fluvial de la provincia de Málaga».

Por su parte, el Ayuntamiento de Casares, que está informado de todas las extracciones ilegales de agua, no puede actuar en este tipo de asuntos hidrológicos, al no ser su competencia, aunque, según explica Cristóbal García, técnico municipal de Medio Ambiente, no se descarta sancionar por las obras y otras actuaciones «que se han llevado a cabo para sacar el agua del cauce».

Rafael Flores, gerente de RF Natura, una de las empresas de turismo activo que hacía actividades en esta ribera, lamenta, por su parte, que se haya perdido «una de las mejores zonas de baño de la provincia de Málaga», ya que en los dos últimos años sólo se ve agua en este tramo del afluente del río Manilva en invierno. Flores explica ha durante el pasado mes de junio estuvo viendo la zona, donde comprobó que la parte que está sin agua coincide con el tramo donde este río se encañona, formando los espectaculares charcos y saltos de agua mencionados.

Entrada de sumidero de Albarrá abierta.
Entrada de sumidero de Albarrá abierta.

El sumidero de Albarrá, una cavidad capaz de tragarse un río

Aunque ahora sea un motivo secundario de la merma de agua del arroyo de los Molinos, Romo destaca la singularidad del sumidero de Albarrá, que, cuando queda descubierto de piedras, tierra y otros elementos, se trague buena parte del caudal.

Aunque está pendiente de una investigación, se maneja la hipótesis de que esta hendidura provoque un efecto similar al del río Guadiana, conocido por desaparecer y aparecer parcialmente en la provincia de Ciudad Real. En concreto, según explica Jorge Luis Romo, coordinador de proyectos de GES Casares, «lo más probable es que el agua que se cuela por el sumidero de Albarrá llegue hasta la surgencia de los Baños de la Hedionda». De este modo, el agua haría un recorrido subterráneo, en un fenómeno conocido como 'troplain' en el mundo de la espeleología. Para comprobarlo, está pendiente hacer un estudio pormenorizado en el que se colorearían las aguas que entran en el sumidero.

Tras recabar informaciones de vecinos de la zona, Romo concluye que «esta cavidad ya era conocida» por los «lugareños», que tradicionalmente se han ido ocupando de taponar el sumidero para evitar las pérdidas de caudal del arroyo.

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