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70 días recorriendo España a pie y sin dinero

70 días recorriendo España a pie y sin dinero

De Marbella a Santo Toribio de Liébana: el trayecto que pretende convertirse en una ruta de peregrinaje. 'Un camino por descubrir' es el proyecto de Adrián y Andrea, dos amigos de 28 años que atravesaron el país para visibilizar a la población rural y a los parques naturales

Andrea Jiménez

Marbella

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Sábado, 13 de julio 2019, 23:56

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1419 km, 70 días y 11 etapas. Adrián Ruiz y Andrea Martello no dudaron en embarcarse en una aventura que les marcará el resto de sus vidas: recorrer España a pie, sin dinero ni comida. El largo camino que separa Marbella de Santo Toribio de Liébana (Cantabria) ya no es un misterio para estos dos jóvenes de 28 años, amigos de toda la vida y ahora aún más inseparables. En sus 70 días juntos visitando pueblos de todo el país quedan numerosas vivencias y anécdotas, que ahora quieren reflejar en un documental, dentro de su proyecto 'Un camino por descubrir', denominado así por todos los lugares que visitaron. «No sabía que España tenía tantos pueblos», bromea Adrián, el principal precursor de esta idea, que les ha llevado a recorrer España de sur a norte.

Desde el 30 de marzo hasta el 8 de junio estos dos amigos pudieron comprobar de primera mano la «cercanía de la gente y la belleza de los lugares», que encontraron en los más de 1300 kilómetros recorridos. Y ese es el objetivo de este proyecto: mostrar la hospitalidad de los pueblos, concienciar sobre la preservación de los parques naturales y conseguir que esta ruta se convierta en un camino de peregrinaje.

La idea se fraguó hace años, cuando pensaron en hacer una ruta desde Marbella a Santiago de Compostela, que finalmente no pudieron llevar a cabo. Pese a todo, ese viaje se quedó guardado en la memoria de Adrián, que este año propuso la idea de nuevo a su amigo Andrea, aunque con otro enfoque. «Mis raíces son cántabras, por lo que madre me sugirió que llegáramos hasta allí para crear una ruta de peregrinaje nueva y de transformación personal», explica Adrián.

Antes de comenzar su camino viajaron en avión a Cantabria para reunirse con el mismísimo presidente de la comunidad, Miguel Ángel Revilla, que no dudó en recibirles. «Fue un encuentro muy divertido, nos dio ánimos e incluso lo comentó en un programa de televisión», recuerda el joven peregrino.

Su aventura por España comenzó el pasado 30 de marzo, cuando Adrián y Andrea partieron rumbo a Cantabria desde Marbella, rodeados de amigos y familiares, para apoyarlos en su salida. Casualmente la primera noche fue la más dura: estuvieron a punto de volver a casa. «Dormimos en la zona de Castaño Santo, y la lluvia era muy intensa, con mucha niebla. Nos faltó poco para darnos la vuelta, pero al final nos recompusimos y seguimos el camino», cuenta Adrián.

Al ir sin dinero y sin comida, Andrea y Adrián realizaron previamente un curso de supervivencia en la escuela de José Miguel Ogalla, aunque no tuvieron que poner en práctica estos conocimientos con demasiada frecuencia. «Hay muchos pueblos en España, por lo que no tuvimos que adentrarnos mucho en los bosques, ni hacer lo que habíamos aprendido, solo en casos excepcionales», comenta Adrián.

Esta situación ya comenzó desde los primeros días, al salir de la Sierra de las Nieves. En su llegada a Tolox, una empleada del Ayuntamiento les preparó una tortilla de patatas. «La gente fue muy agradable con nosotros, nos daban comida siempre, nunca recibimos un no. Ahí fue cuando empezamos a grabar las buenas acciones de la gente», comenta el peregrino, que recuerda que ambos iban equipados con móviles, trípodes e incluso un dron con el que grabar su aventura. «Lo pasábamos todo a nuestro equipo en Marbella, que iba publicando todo el recorrido en nuestra web y en redes sociales».

Córdoba, Extremadura, Castilla La Mancha o Castilla y León fueron algunas de las provincias que estos jóvenes incluyeron en su ruta, de más de dos meses de duración. Aunque el camino transcurrió sin problemas, era inevitable tener ciertos roces de convivencia. «Una vez discutimos por que cada uno quería ir por una ruta diferente. Al final nos separamos y dormimos solos, cada uno en un pueblo. Al día siguiente nos reunimos e hicimos un fuego. Lo que aprendimos fue que los dos habíamos sido capaces de buscar un buen sitio para dormir, por lo que juntos éramos mas fuertes», recuerda Adrián.

En Toledo.
En Toledo. SUR
En Ávila.
En Ávila. SUR

El momento de dormir se convirtió en toda una aventura en este camino por España, ya que no pedían cobijo en casas particulares «por respetar la intimidad». Esto los llevó a pasar sus noches en lugares de todo tipo: cuevas, olivares, puentes, viñedos, polideportivos municipales, piscinas o baños públicos, equipados con «una buena chaqueta y sacos de dormir» con los que incluso pasaban calor a veces.

Cada día recorrían entre 10 y 25 kilómetros, aunque hubo excepciones, como su llegada a Guadalupe tras 44 kilómetros de ruta. «Aunque estábamos súper cansados, nos pusimos a jugar al balón con los niños del pueblo», recuerda Adrián, que ha descubierto en este viaje otro estilo de vida. «La vivencia es más pura en un pueblo. Te das cuenta de que la gente es más abierta, más sana, y aprecias las pequeñas cosas de la vida».

Llegada

El 8 de junio llegaron a Santo Toribio de Liébana, donde los recibieron familiares y amigos. Aquí acabó el viaje para Andrea, que debía irse por motivos de trabajo, pero Adrián continuó hasta Covadonga, por los Picos de Europa, durante tres días más. «Fueron los días los más emocionantes, tuve una espiritualidad solitaria que me marcó bastante, es una zona preciosa», explica.

Ahora, tras todo lo vivido, su objetivo es convertir esta ruta en un lugar de peregrinaje. «Está en trámite,estamos hablando con los Ayuntamientos y están encantados de poder participar», comenta Adrián. Además, quieren crear un documental en el que mostrarán todos los momentos grabados con sus móviles en el viaje.

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