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JOAQUINA DUEÑAS
Domingo, 16 de agosto 2015, 23:37
Desde que abriera sus puertas en 1978, el Casino Marbella ha sido un referente en la Costa del Sol. En sus instalaciones se han dado cita algunas de las fortunas más importantes del mundo y por sus salas es fácil reconocer rostros populares, especialmente en verano. Hasta 152 nacionalidades llegan a probar suerte en las diferentes mesas de juego. Unos clientes que buscan exclusividad y discreción.
La exclusividad y el lujo se mantienen desde hace ya casi cuatro décadas gracias a decisiones como la de no permitir entrar en sus instalaciones a los hombres en pantalón corto, en chanclas, con camisetas sin mangas o con ropa deportiva. «Tenemos pantalones largos para los clientes que quieran entrar y no lleven la ropa apropiada», explica Montserrat San Francisco, Directora Comercial del casino. «El objetivo es preservar el aire de lujo y de glamour que vienen buscando nuestros clientes porque se puede evolucionar pero siempre hasta un límite», asegura.
La discreción es, además, imprescindible ya que los casinos han de proteger la privacidad de sus clientes. Sin embargo, hubo un tiempo en el que además de las salas de juego, el Casino Marbella contaba con La Caseta. Una sala de fiestas en la que se reproducía, en cierto modo, el ambiente de un tablao flamenco. Durante su existencia, La Caseta fue epicentro de la vida social marbellí. Por allí pasaron grandes figuras del espectáculo como la mítica Lola Flores, la inigualable Rocío Jurado o el genio de María Jiménez.
Ahora La Caseta se utiliza como anexo en los torneos de PokerStars Marbella Festival. «Han llegado a participar hasta 892 jugadores y no caben todos, por lo que habilitamos ese espacio», explica la directora comercial. En estas competiciones también se han podido ver rostros conocidos como los de los deportistas José María Gutiérrez Guti y Fonsi Nieto o el del torero Miguel Abellán.
Familias ilustres afincadas en la ciudad eran habituales en las galas, fiestas y eventos varios que se celebraban, especialmente en la época estival. Es el caso del príncipe Alfonso de Hohenlohe, de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba o de la familia Banús. Echando un rápido vistazo entre los que asistieron a su inauguración se descubren nombres como Luis Oliver que actualmente da nombre a una céntrica calle de la ciudad en reconocimiento a su labor y profesionalidad como notario o Paco Cantos que era el entonces alcalde y que en la actualidad tiene un polideportivo con su nombre en Marbella.
Curiosidades de un espacio que ha sabido mantener su elegancia y que año tras año se ha demostrado como termómetro de la ciudad. «Lo que pasa en el municipio se ve reflejado en el casino a menor escala», explica San Francisco. De hecho, durante los años de mayor recesión en Europa y Estados Unidos se comprobó un incremento de clientes rusos. «Actualmente están regresando los estadounidenses y los ingleses y está entrando con mucha fuerza el cliente nórdico». Sin embargo, durante muchos años, los árabes han sido un pilar principal en el casino. De hecho, en el menú de su restaurante se puede descubrir un guiño a su cultura en uno de sus platos, la pastela. Durante los años en los que el ramadán ha sido en pleno agosto, han notado el considerable descenso, algo que ya se está recuperando.
Todo en el casino esta dispuesto para que los jugadores disfruten de una velada inolvidable, incluidas las exposiciones de pintura o de escultura que renuevan cada dos meses y que suelen representar motivos acordes con el gusto de sus clientes. Así, actualmente se puede visitar la del pintor valenciano Salvador Montó, cuyo hilo conductor son los coches Ferrari.
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Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Paco Griñán | Málaga
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