La redención de Sangalli

Puede que este gol sea meramente simbólico para el centrocampista o puede que se antoje también como un punto de inflexión particular, el que sería su segundo en el curso. Llegó a Martiricos en verano como uno de los refuerzos más ilusionantes cara a la nueva temporada del Málaga fuera del fútbol profesional, y lo cierto es que no empezó mal la cosa para el donostiarra. Contó sin distinciones para el entrenador hasta caer al dique seco a mediados de octubre, coincidiendo con uno de los mejores momentos del equipo en la temporada, cuando consolidó su racha de once partidos invicto. Sangalli llegó a estar presente en siete de ellos.

Fue uno más en la plaga de lesiones que sufrió el Málaga cuando la competición en Primera RFEF empezó a avanzar. Sufrió una lesión de grado 1 en el gemelo y se perdió los nueve partidos que seguían: desde el empate sin goles ante el Real Madrid Castilla en La Rosaleda hasta el primer partido del año natural, frente al Intercity en Orihuela, cuando reapareció.

Cuestión de mala fortuna, o quizá no, volvió a asomar la cabeza cuando el Málaga sufrió su bache invernal (jugó tres partidos, contra el Intercity, Ceuta y Castellón, con un empate y dos derrotas) y volvió a lesionarse cuando el equipo recuperó el ánimo. Se retiró del partido ante el líder por un problema muscular en la cabeza larga del bíceps femoral de su pierna izquierda y cuando se recuperó, en el mes de marzo, Pellicer ya tenía definido su binomio para el doble pivote. Apenas quince residuales minutos ante el Intercity (7') y Algeciras (9') y media parte en el Cerro del Espino frente al Atlético B fue su bagaje tras dejar atrás los problemas físicos en lo que va de curso. No dispuso de minutos ante el Murcia, el Córdoba, el Mérida y el San Fernando, pero sí saltó al campo al quinto partido, frente a los vecinos del Antequera, en el que sólo le hicieron falta dos minutos para expirar sus pecados: ingresó en el minuto 71 y culminó un pase de Larrubia tras una gran acción individual en el 73 para redondear la goleada.

Un tanto que puede cambiarlo todo para él con el 'play-off' de ascenso a Segunda a la vuelta de la esquina. Sangalli llega a tiempo, apareciendo cuando la fiesta casi se termina para erigirse también como un espejo para aquellos que no se han divertido tanto. Los menos habituales: dígase Juanpe o Juan Hernández como ejemplos más evidentes y Avilés como un recién llegado que no termina de encontrar su sitio.

Fue, junto a Larrubia (el mejor del partido, con un gol y una asistencia), el encargado de valorar el choque después del pitido final. Compartió, sentado en la sala de prensa, lo que significa para él este tanto: «Es un buen momento para estar bien. Ahora llega lo más importante y estoy contento por haber podido ayudar hoy al equipo a certificar esta victoria. Sé que va a ser complicado hacerse con un hueco porque al final la competencia es muy dura. Yo voy a seguir peleando para estar ahí e intentar ayudar al equipo lo máximo posible. Lo más importante es que el equipo ha sacado esa buena versión que tiene para intentar llegar lo mejor posible al 'play-off' y darlo todo ahí».