
Pedro Luis Alonso
Jueves, 9 de marzo 2017, 23:56
Un error cada vez menos habitual tiende a extender lazos de parentesco entre Diego (Málaga) y Marcos Llorente (Alavés), apoyado en un físico parecido y en su coincidencia en las categorías inferiores del Real Madrid. Además, ambos nacieron en la capital y, a pesar de que se llevan diecisiete meses (el malaguista es el mayor, con 23 años), llegaron a coincidir en el Castilla de la campaña 2014-15 en el grupo II de Segunda B, uno como central y otro, el menor, de medio centro.
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A Diego le llegó la oportunidad de dar antes el salto a la élite, la temporada anterior y en las filas del Rayo Vallecano, mientras que Marcos (22 años) ha llegado este curso, en el sorprendente Alavés. La paradoja es que el caché de este se ha disparado, mientras que para el malaguista no está siendo una buena campaña, por más que ahora lleve varios partidos de titular, gracias a las bajas en el centro del campo y a su capacidad para jugar de pivote.
Los dos futbolistas, rivales mañana en La Rosaleda, se encuentran cedidos por el Real Madrid actualmente, aunque Marcos Llorente acaba contrato en 2018, y Diego, en 2020. La entidad de ConchaEspina, incluso, estableció una cláusula en el préstamo del malaguista por la que se podría ordenar su regreso al cuadro blanco esta misma campaña en el caso de un lesionado de larga duración en sus filas.
Se da el caso de que ambos estaban en las categorías inferiores del Real Madrid cuando el actual técnico malaguista, Míchel, fue nombrado director de la cantera del club. Marcos Llorente se incorporó del Rayo Majadahonda en 2008, meses antes (diciembre) de que dejara el cargo el integrante de la Quinta del Buitre. Diego forma, junto a Luis Hernández y Torres, el trío de excanteranos del Madrid en la etapa de Míchel y ahora en las filas malaguistas. Distinto es el caso de José Rodríguez, fichado después.
Evolución distinta
Sin embargo, la cotización de ambos jugadores ha dado un vuelco. Valga un ejemplo: la web Transfermarkt.es valora al del Alavés en 7,5 millones, y en tres al malaguista, que empezó el curso de central y con numerosos errores. La llegada de Romero al banquillo acabó postergándole, porque Juande ramos confió en él salvo en su lesión, precisamente en el duelo en Mendizorroza, tras una mala caída en un salto. De medio centro, donde jugó una decena de partidos con el Rayo la campaña anterior, se encuentra más cómodo en la circulación del balón en corto y sin la responsabilidad de no poder permitirse un fallo de marcaje.
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Marcos es un jugador distinto. Además de ser indiscutible en el sorprendente finalista de la Copa del Rey, se ha erigido en el líder del Alavés en su debut en Primera División. Es un medio centro muy completo, pues no sólo aporta virtudes defensivas, sino también mucho criterio con el balón. El jugador del cuadro vasco, un tipo con carácter, tiene pedigree futbolero: hijo de Paco Llorente, sobrino de Julio Llorente, nieto de Grosso y sobrino nieto de Gento. Casi nada.
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