
Son varios los canteranos del Málaga a los que les ha tocado hacer las maletas este verano y abrir una nueva etapa en sus incipientes carreras en otro lugar, más o menos lejano. El cambio de ciclo en el club blanquiazul les obliga a ello después de incluso haber estado varias temporadas en dinámica del primer equipo.
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Es el caso del portero sueco Dani Strindholm, que es el que más lejos se ha marchado después de dejar la entidad blanquiazul tras seis temporadas. Ha fichado por el Örebro SK, un equipo que actualmente compite en la Segunda de Suecia, pero que cuenta con una importante historia con más de 50 años en Primera y ambiciona recuperar ese estatus esta campaña.
Strindholm, de 20 años, contaba con contrato en vigor con el Málaga, pero todas las partes han llegado a un acuerdo para que saliese traspasado a coste cero al Örebro, donde ha firmado hasta 2024. Con este trato el equipo de La Rosaleda se guarda un alto porcentaje, alrededor del 20%, sobre una posible futura venta a un tercer club.
El joven portero buscará allí dar un salto en su carrera tras dos campañas curtiéndose junto a los guardametas titulares del Málaga como Munir, Juan Soriano, Dani Barrio y Dani Martín. Aunque no ha sumado apenas minutos de juego (partidos contados cuando bajaba con el filial), ha vivido de cerca la alta competición con más de una veintena de convocatorias en Segunda.
Pero la historia de Dani Strindholm es particular por haberse convertido en un ejemplo de que el sentimiento de identidad por un equipo de fútbol no es exclusivo de los que son autóctonos. Nacido en Estocolmo, su padre le acercó al Málaga desde pequeño hasta convertirse en un ferviente seguidor blanquiazul. Algo que fue en aumento con su mudanza a Málaga con siete años. Es abonado desde aquel momento y, de hecho, ya tiene su carné para la siguiente temporada, aunque se marche a Suecia. Se buscará la forma de venir a La Rosaleda en varias ocasiones.
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Cumplió su sueño de niño al formar parte del Málaga como jugador y es fácil entender que su salida ha sido agridulce. «Esta es una de las decisiones más difíciles que he tomado, la de dejar a mi familia, novia, amigos y al club que amo y que me lo ha dado todo. Soy malaguista desde pequeñito, y seguiré animando esté donde esté. Espero que algún día nuestros caminos se puedan volver a cruzar», expresó el propio Dani Strindholm.
Llegó el momento de dar un paso más y se incorpora ahora, en mitad de temporada (allí comienza en abril y acaba en noviembre), en el Örebro, donde competirá por hacerse con el puesto. Strindholm ha apostado por volver a su país más de 15 años después de llegar a Málaga, y espera que esta decisión le sirva como trampolín. En Suecia no le han perdido de vista en este tiempo. Incluso ha sido convocado en varias ocasiones con la selección sub-21.
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En el Örebro, un club con solera en el fútbol sueco, le han brindado una gran confianza y llega a una ciudad que conoce, porque es la localidad natal de su madre y donde tendrá cerca a su abuela, que le servirá como apoyo en esta nueva aventura lejos de Málaga, su casa desde que llegó con seis años. Deja de ser jugador blanquiazul, pero su malaguismo permanece y así lo lucirá aunque sea a más de 3.500 kilómetros de distancia.
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