
Jueves, 21 de mayo 2020, 11:08
«Almirez de mi vida: Quise escribirte al principio de nuestra separación, no lo hice por la euforia de los principios. Después de estos días tan aciagos que hemos pasado, y con la euforia reposada, me he dado cuenta de lo importante que eres para mí. En este mal bache que acabamos de superar, lo fue solo de un canalla que se cruzó entre nosotros. Releo tu carta que, como un tesoro, conservo de recuerdo y mis sentidos me conectan con el aroma sublime de tus piernas, tu rabo de toro, tu bacalao y todo lo que contribuye a elevar a nivel cósmico esa parcela de la cocina malagueña que deja más en evidencia la inútil y onerosa pomposidad francesa. Gracias Mesón Almirez, siempre tuyo. Nono Villalta»
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