El Camino de los Almendrales: de mal en peor

Emilio Morales

Málaga

Martes, 21 de junio 2022, 00:27

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Esta vez no es la queja de un lector la que se cuenta en estas líneas, es del propio redactor que las escribe. En esta sección se han contado muchas denuncias sobre el estado de Camino de los Almendrales, y ayer me di cuenta de que no solo no se ha arreglado nada, sino que ha ido a peor.

Las grietas que se avisaban hace tiempo están mucho más grandes, y los surcos que se crean en la carretera son peligrosos, sobre todo para las motos.Es tangible la dejadez de un barrio que sirve de nexo entre las nuevas promociones de El Limonar y toda la zona de Fuente Olletas y calle Cristo de la Epidemia.

¿A qué se debe? Recordemos que también han llegado denuncias de una calle colindante a esta, concretamente calle Toquero, un paso en el que van muchos niños al colegio que no acaba de estar lo limpio que se pretende.

Por último, cualquier malagueño que pase a menudo por el Camino de los Almendrales no será capaz de identificar la gran cantidad de pintadas que hay en el muro que recorre la cuesta que comunica con la parte este de la ciudad y a su vez es paso para la autovía.

Se preguntarán, ¿por qué no lo identificarán? La respuesta es que llevan ahí demasiado tiempo, son muchos, cubren toda la fachada –más de 300 metros– y se han convertido en parte del escenario de la zona. ¿Por qué no se limpia y se toman medidas?

Hay una circunstancia que ocurre desde hace un tiempo en la avenida del Pintor Joaquín Sorolla, en la zona este de la ciudad, que preocupa a los vecinos. «Pueden provocar caídas, no solo a la gente mayor, que en El Morlaco viven muchas, sino al gran número de corredores que suelen practicar su actividad por la zona; no olvidemos que son habituales los deportistas que utilizan tanto el paseo marítimo como esta calle para hacer ejercicio porque está cerca del mar».

La situación sigue sin solucionarse. Hay una preocupación que sobrevuela por la cabeza de algunos residentes de la calle Benito Menni y alrededores, en la urbanización de San José, situada en la zona norte de la ciudad.

En dicha zona, justo en la entrada hacia un paso hacia el propio campo, hay muchas brozas abandonadas desde hace meses –que van a más– y que están situadas muy cerca de algunas viviendas. La preocupación de muchos vecinos y viandantes es que con la fechas en las que estamos y el calor, los riesgos de incendios se acrecientan, y por eso se teme que con estos restos pueda «ocurrir cualquier catástrofe».