Las calles Olmos y Cáceres siguen sin resolver sus problemas

En el Cerrado de Calderón, urbanización cotizada al este de la ciudad, hay tres problemas que se resumen en dos de sus calles más famosas, y en este caso, son laureadas por peligrosas, así que no pueden estar orgullosas. En primer lugar, la calle Olmos, que desde hace varios meses está muy concurrida por albergar el centro comercial de la zona, tiene acumulación de basura en muchos de sus puntos, además de ser una calle en la que muchos vecinos han denunciado la inseguridad por el derrumbamiento de rocas de la montaña, como pasó en zonas colindantes como la calle Meridiana.

Esto también pasa con frecuencia –y esto sí es preocupante– en la calle Cáceres, que desde hace años es señalada por su problema con la movilidad, ya que al ser de doble sentido, estrecha, con curvas y poca visibilidad en algunos puntos, la convierte en la más peligrosa de esta zona, en la que también se han denunciado algunos pequeños derrumbamientos y el mal estado de la acera, sobre todo en la zona media, justo antes de la curva que da a la incorporación de la A-7. «Cuando sube cualquier autobús por la zona el atasco es asegurado, sobre todo porque sin maniobrar hay colisiones aseguradas. Poco ha pasado para la dificultad que hay en ciertos momentos», comenta una lectora y vecina en conversaciones con esta sección.

«La parte de la calzada es tan estrecha que por poco que sobresalga un elemento extraño, el paso se convierte en angosto o complicado», comentaba una vecina hace un tiempo en declaraciones a este periódico, algo a lo que hay que sumarle la inestabilidad de la misma, y que supone, más si cabe, un riesgo tangible para los peatones que la transitan. Hay trabajo que hacer por parte del Distrito, que suele responder a este tipo de cuestiones con ligereza, aunque esta parece que se ha enquistado más de la cuenta.

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