
La situación es de urgencia, ya que la salubridad de una zona concreta está en juego. Lo cuenta un vecino de la calle Sustancia, concretamente el dueño de la casa número 26, que sufre a diario una negligencia que molesta – y mucho – a toda su familia.
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«Los metros estimados de distancia son de 41 metro para un edificio y 79 metros para una vivienda unifamiliar. La de mi casa está a dos metros, y pese a las quejas, las administraciones, de momento, hacen caso omiso, algo que me parece más que flagrante».
Además, esta circunstancia se agrava con la situación propia de la zona de los contenedores. Hay pocos, muy pocos para la gran cantidad de personas que viven en la zona, por lo que es una imagen habitual ver cómo hay decenas de bolsas de basura en el suelo junto a los recipientes.
«No solo están exactamente en la puerta los contenedores, sino que están las bolsas esparcidas, algunas de ellas rotas y con mal olor».
Esto, sin duda, tiene que ver con la previsión de los mismos, pero también con la conciencia cívica de muchos residentes a los que no le importa dejar las bolsas en la propia calle.
En definitiva, la calle Sustancia, concretamente esta parte, necesita una solución inminente. No solo no se respetan las normas de limpieza, hay muchos más factores que convierten la situación en un «vertedero» incontrolable hasta la fecha.
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