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Los barcos 'quitanatas', a su paso por La Malagueta. Migue Fernández
La última barrera contra la basura que ahoga el mar

La última barrera contra la basura que ahoga el mar

Cuatro barcos recorren cada día el litoral de la capital para recoger los desechos que acaban en el agua

alberto fiz

Martes, 16 de agosto 2022, 00:04

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Bolsas de plástico, toallitas, preservativos, botellas, bastoncillos para los oídos, anillas para latas… Todos esos desperdicios acaban cada día en el mar. Con el paso de tantos bañistas por las playas de Málaga es inevitable que esos desechos acaben en el agua. El Ayuntamiento cuenta con cuatro navíos de limpieza de costas. Tres son pequeñas lanchas motorizadas y el cuarto es un barco de mayor tamaño, conocido como 'pelican'. Es una embarcación que tiene compuertas móviles en la proa que se pueden abrir y cerrar para recoger toda la basura que se encuentra en la superficie del agua.

Todos los días, a las diez de la mañana, la flota municipal de barcos zarpa preparada para remediar, en la medida de lo posible, el desastre que provoca esta basura marina. Conviene recordar, por ejemplo, que una botella de plástico tarda unos 500 años en degradarse en el fondo del mar, con el perjuicio que eso supone para la fauna marina.

El contrato de los barcos 'quitanatas' es estacional porque el grueso de la actividad se produce en verano. Durante el invierno, las embarcaciones no están operativas. Esta actividad comienza cada año en Semana Santa limpiando la costa los fines de semana... Y así hasta el 1 de junio, fecha en la que los barcos faenan ya todos los días hasta que llega el 30 de septiembre.

Una botella de plástico tarda unos 500 años en degradarse; y las toallitas, 100 años

Tienen una doble función, según las palabras de la concejala Teresa Porras: «Por un lado está la propia limpieza de las playas y por otro está la concienciación, puesto que los bañistas ven que los barcos están ahí para arreglar lo que ellos ensucian». Desde el Ayuntamiento justifican la temporalidad del contrato: «Tienen más sentido en verano porque es cuando más bañistas hay», alega la concejala.

La empresa encargada de este servicio es Ecolmare, que se hizo con el concurso público convocado por el Consistorio y ha cumplido tres años abordando la limpieza de las aguas de la costa. Además, tienen otras 14 naves que se encargan de la limpieza de playas de varios municipios de la provincia como Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Marbella, Estepona, Manilva y Casares.

La jornada a bordo de estos barcos es sencilla. Consiste en recorrer todo el litoral del municipio de la capital, desde los límites con Torremolinos hasta el Rincón de la Victoria. Las lanchas no pueden ir en solitario por seguridad, así que se dividen en parejas y se reparten la costa. Los barcos están equipados con un GPS que sirve para localizarlos y para que cualquier interesado pueda consultar en todo momento su ubicación. También atienden los avisos que se dan en el 010, el teléfono del Ayuntamiento o sirven como apoyo en caso de que se produzca un desastre.

La cubeta del barco tiene cuatro metos cúbicos en los que se almacena la basura.
La cubeta del barco tiene cuatro metos cúbicos en los que se almacena la basura. A. Fiz

El 'pelican' tiene la capacidad de recoger el agua contaminada: «La ventaja que tiene es que puede recoger sólidos, y además como por dentro tiene espacio, puede recoger líquidos. Debajo del puente tiene una válvula grande que crea una corriente de aspiración que absorbe el agua: si hay hidrocarburos o fuel, el navío se llenaría poco a poco, se expulsaría el agua y quedaría solo el fuel. Después, una vez en el puerto, a través de un motor sustraería el fuel». De esta forma explica Antonio Galiano, responsable de Ecolmare, el funcionamiento del barco. Por ejemplo, las embarcaciones «antipolución» –así es como Galiano los denomina– acudieron a ayudar recientemente a la playa de Sacaba por un vertido de aguas fecales. Retiraron todo lo que pudieron, pero lamentablemente el mayor vertido era de aguas residuales, así que solamente el 'pelican' podía hacer algo. Las lanchas sí pueden ayudar en las situaciones de vertido de hidrocarburos, colocando las barreras anticontaminación.

Navíos especializados

Por lo general, el trabajo de estos barcos consiste en la recogida de residuos sólidos. Todo aquello que llevan los bañistas a las playas y que acaba flotando en el mar. El 'pelican' abre sus compuertas y recoge todos los residuos y los deposita en una cubeta de cuatro metros cúbicos. Las lanchas tienen mayor movilidad y se pueden acercar más a la orilla al tener un calado menor. Son habituales las imágenes de las lanchas navegando entre los bañistas ya que la basura se acumula en las zonas más próximas a la orilla.

Pese a la creencia popular, la 'nata' que da nombre a estas embarcaciones no supone una prioridad para los servicios de recogida. Hay estudios de la Universidad de Málaga que demuestran que estas sustancias no son tóxicas. El 'pelican' sí tiene capacidad para recoger y filtrar las natas, pero las lanchas no pueden, se limitan a disolver la espuma, así se evitan esas imágenes algo desagradables que incomodan a algunos de los bañistas.

Sebastián Díaz es el patrón del 'pelican'. Para él es un trabajo que no está «nada mal». «Es algo tedioso hacer siempre el mismo recorrido. Pero siempre te alberga alguna que otra sorpresa», dice. Desgraciadamente para ellos encontrarse elementos inesperados suele ser algo negativo. Este mismo verano tuvieron que recoger un sofá. Pablo Martín, el marinero a bordo, reconoce lo impactante que es la «cantidad de porquería» que recopilan cada semana durante su recorrido.

El marinero, Pablo Martín, empuja los residuos al interior del barco 'pelican'.
El marinero, Pablo Martín, empuja los residuos al interior del barco 'pelican'. A. Fiz

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