La violencia en Venezuela se ceba con las fuerzas de seguridad

El teniente coronel Mariano Tomás Mosquera Ugarte es el último de los 218 uniformados asesinados en Venezuela hasta el mes de junio, cifra que se acerca a los 256 registrados en todo el 2015. La escalada de muertes, un 10 % más que en el mismo periodo del año pasado, es un desafío para el nuevo hombre fuerte de Venezuela, el general Vladimir Padrino López.

Para algunos observadores el repunte se debe a la presión que se ejerce contra el hampa desde las Fuerzas Armadas, pero otros apuntan a que muchos agentes participan de esas mismas bandas criminales. Como ministro de Defensa, general en jefe del Ejército, Jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y nueva máxima autoridad con mando en todos los ministros para enfrentar la denomina 'guerra económica', López lo mismo se encarga de la defensa nacional, del mantenimiento del orden interno, que de las intervenciones a empresas productoras de alimentos. Pero pese a los amplios poderes no puede evitar que sus subordinados sean víctimas de la inseguridad.

Un informe presentado por Jackelin Sandoval, directora de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro), cifró en 51 militares, 142 policías y 15 escoltas los asesinados hasta junio. Además, se ha evidenciado el ensañamiento y el nivel de perversión que tendría que ver con «la descomposición social que se vive en el país». «Parece que no basta con matar a la persona, sino que además hay que hacerlo con sadismo, como una forma de ganar autoridad entre el hampa a través del terror», declaró la directora de Fundepro.

Según la fiscal general Luisa Ortega Díaz, los planes de seguridad también generan más violencia. Es por ello que expuso su preocupación por la cantidad de denuncias contra la Operación de Liberación del Pueblo (OLP), creada en agosto del 2015 por Nicolás Maduro para garantizar la seguridad en las zonas populares.