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Iván Gelibter
Sábado, 22 de agosto 2015, 18:46
La Feria de Málaga, y más concretamente el real, se mueve por modas que cada año van cambiando. La decisión de a qué caseta acudir se basa justamente, en la mayoría de los casos, en esta cuestión, aunque no es la marcha lo único que se decide en función de las modas.
Las atracciones los carricoches, que este año han tenido una importante afluencia de feriantes, también tienen este cariz, y si algo se escucha de manera habitual si uno pasea por este sector del Cortijo de Torres, es que el famoso Tirachinas sigue siendo, un año más, la atracción más «escalofriante» de la Feria, hasta el punto que llega a atraer más curiosos que la contemplan que de usuarios que pagan por subirse. Para aquellos (pocos), que no tienen claro cuál es, la explicación es sencilla. Se trata de una enorme grúa de la que cuelgan dos cuerdas que sostienen una bola hecha a base de hierros. Dentro de dicha bola hay dos asientos (van dos personas por viaje), que son lanzados hacia el cielo como si de un tirachinas de verdad se tratara. Además de la velocidad de lanzado, esta atracción permite subir más alto que ninguna otra, aunque las vueltas que da sobre sí misma no contemplar el recinto de manera clara. Por si no fuera poco, el precio del Tirachinas incluye un CD en el que previamente se ha grabado las imágenes de las caras de las usuarios mientras dura el recorrido, grabada con una cámara GoPro. El Gigant XXL y ese enorme columpio llamado The Limit, junto con el UV7 son otros de los carricoches preferidos por la adrenalina que insuflan. Una opción más para pasarlo bien durante la semana.
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