

Secciones
Servicios
Destacamos
julio rodríguez
Lunes, 14 de marzo 2016, 12:43
«¿Balón... qué?»... Balonkorf. No es una modalidad de masas, no está en boca de todos, no cuenta con federación nacional, ni con respaldo institucional, pero mantiene valores únicos que lo diferencian de cualquier otra disciplina y por los que se trabaja desde Marbella para que se vuelva a propagar en el futuro. Las nuevas generaciones no tienen nociones de esta disciplina, pero los hombres y mujeres de entre 40 y 50 años recuerdan aquel deporte que en las décadas de los setenta y ochenta podían practicar juntos desde el colegio.
Haciendo gala de su integración e igualdad la balonkorf lo disputan ocho miembros, cuatro mujeres y cuatro hombres. El campo de juego tiene las mismas dimensiones que una pista de baloncesto o fútbol-sala. La cancha se divide en dos mitades. En cada zona hay una canasta de 3,5 metros, sin tablero ni red, que se coloca a dos tercios de la distancia entre la línea central y la parte posterior de la zona. El partido se divide en dos tiempos de treinta minutos sin parar el crono con un intermedio máximo de quince minutos.
La defensa es individual y obligatoriamente deberán marcarse jugadores del mismo sexo. No se puede botar, ni correr con la pelota. Una vez en las manos, el defensor cometerá falta si intenta arrebatarle el balón, solo se puede interceptar en pases. No se permite el contacto físico. Es un juego en el que prima correr y desmarcarse sin balón. Cada dos canastas anotadas se cambia de lado en la pista de juego.
El conocido internacionalmente como korfball puede presumir de ser el primer deporte que nace exclusivamente mixto, reúne en un mismo equipo a ocho jugadores, cuatro chicas y cuatro chicos. En apariencia, a primer golpe de vista, se asemeja al baloncesto, pero con una llamativa canasta de mimbre o plástico sin tablero situada a 3,5 metros del suelo y otras diferencias notables, como se puede observar en las imágenes que acompañan a esta información. Si hoy quieren disfrutar de una tarde jugando al balonkorf solo pueden hacerlo en Marbella, el último reducto andaluz de este deporte.
Desde 2010 un grupo de fieles convencidos de los beneficios integradores del balonkorf decidieron volver a promocionar una modalidad que dejó huérfanas las canchas en 1993 coincidiendo con una crisis económica nacional, aunque ya desde 1990 daba sus últimos coletazos en la Costa del Sol. A la cabeza de este proyecto que pese a las múltiples dificultades de financiación sobrevive, se pusieron Leonardo Terol y Pepe López, nombres y hombres imprescindibles en la introducción en la zona de esta disciplina.
El primero llegó en 1969 desde Holanda, el país de origen del deporte, y se presentó en el Instituto Río Verde para comenzar a promocionarlo. El segundo fue su mano derecha y el mejor entrenador de la época.De hecho, fue nombrado seleccionador español. Tras el fallecimiento de Terol en 2014, López, a sus 62 años, continúa su legado pese a la falta de apoyo de las administraciones.
Nueva expansión
La asociación Andaluza de Balonkorf, ubicada en Marbella, es el último fortín de este deporte en la comunidad, aunque no pueden o no le dejan constituirse como federación. De hecho en toda España solo existe una, la catalana. Hay equipos en Asturias, Baleares, Castilla la Mancha, Murcia y otros núcleos, pero sin el paraguas de una organización institucional. En la actualidad 160 niñas y niños entrenan a la semana en Marbella martes y jueves, y San Pedro miércoles y viernes, sin olvidar las formaciones que se han extendido a Fuengirola, Estepona, La Línea, San Martín del Tesorillo y a provincias como Granada y Córdoba. El fin de fiesta llega cada sábado con partidos de su liga interna. El problema para la implantación del balonkorf es la falta de instalaciones. Además, el material proviene del humilde club local que ha conseguido aglutinar nada menos que 22 canastas, pero nadie le sufraga los servicios.
La cantera del balonkorf en Marbella la componen jóvenes desde los 12 años repartidos en cuatro equipos infantiles y ocho juveniles, a los que se suman los conjuntos veteranos. El alma mater del proyecto, Pepe López, lamenta el parón que han sufrido en muy poco tiempo. «Teníamos hasta trescientos niños hace un año, pero no tenemos material, ni instalaciones suficientes que además no podemos exigir al no estar federados como el resto de deportes. Si llueve no podemos jugar». Jubilado, con problemas de corazón y una larga trayectoria vital y profesional solo le mueve una motivación para continuar. «Quiero sacar a los niños de los problemas de la calle, con quitar a uno de ellos soy feliz, y este deporte ayuda», comentó a este periódico.
Y es que la asociación que dirige también colabora con Pivesport, una vertiente de Horizonte Proyecto Hombre para prevenir la drogadicción. «La función social del balonkorf es palpable. Es un deporte asociativo, limpio, nada individual, integrador entre sexos y muy familiar. Digo más: Marbella fue la cuna del Balonkorf, el 80 por ciento de los que jugaron en los ochenta son matrimonio, y esto es verdad», resalta con orgullo Pepe López. En el día a día colaboran catorce entrenadores y monitores de esta especialidad: Gabi Velasco, Ramón Angulo, Mari Ángeles Moya, Carlos Vázquez, Reme López, Miranda Terol, Rafael Rodríguez y Kareel ex jugador belga que altruistamente entrena a los pequeños trasladándose desde Torremolinos.
Torneos internacionales
La competición se ciñe al ámbito escolar después de pegar en la puerta del 90 por ciento de los centros educativos según el colectivo. El próximo 5 y 6 de abril se vivirá una gran fiesta con el torneo interescolar. El primer día será el turno para los colegios y el segundo para los institutos de Marbella y San Pedro. «Tenemos mucha afluencia de niños, están ilusionados, se quedan un par de días, pero se van porque no tenemos sitio. Si tuviéramos algo de ayuda con las instalaciones estoy seguro que se quedarían», relató el monitor Gabi Velasco. «El balonkorf evidencia respeto e igualdad entre géneros. Eso es lo que enseñamos con este deporte. Por eso todos trabajamos en conjunto», añade.
Ahora el sueño de la Asociación Andaluza de Balonkorf es viajar a Bélgica para participar en un torneo internacional al que acudirán como combinado regional. Sin embargo, la falta de patrocinadores públicos y privados deja en el aire el concurso de una selección sub-14 y sub-16. «Estamos muy ilusionados. Estamos vendiendo jamones para que puedan disfrutar de la experiencia en Bélgica», subraya Gabi Velasco.
En mayo la entidad prevé crear el primer Torneo Internacional Leonardo Terol gracias al apoyo de la Asociación Trapiche Norte que preside Paco Claro y que habitualmente les cede las instalaciones para entrenar y a así desahogar los entrenamientos habituales en el polideportivo Paco Cantos. Ya hay contactos con conjuntos de Alemania, Holanda y élgica para su participación.
Orígenes en la Costa
La época dorada del balonkorf en la Costa del Sol duró nada menos que dos décadas, desde 1970 a 1990, con una liga provincial de ocho equipos, más toda la base escolar, lo que reunió a un millar de practicantes. Los románticos de la época, aquellos entonces estudiantes que practicaban este deporte, recordarán equipos como el Marbella Juventud, el Olimpic, el Futuro, el Peña del Málaga, el Nueva Andalucía, el Suel-Fuengirola, el Balón de Plata, el Salduba, el MKC o el Stebbuna de Estepona. Durante trece años consecutivos se celebraron torneos internacionales y hasta un campeonato de Europa en Marbella, en el que España concluyó tercera con Pepe López como seleccionador en 1986.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.