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La periodista y profesora de la UMA, Laura López, posa con su primer libro 'El perfume de la reina egipcia'. FRANCIS SIVA
Laura López, la arqueóloga de la literatura infantil

Laura López, la arqueóloga de la literatura infantil

La periodista y profesora de la Universidad de Málaga presenta el próximo viernes, 17 de febrero, en la Librería Luces su primera novela, 'El perfume de la reina egipcia', una historia que nació hace ahora 20 años

ANABEL NIÑO

Domingo, 12 de febrero 2023, 00:38

A pesar de que la novela 'El perfume de la reina egipcia' tan solo cuenta con dos meses de vida, lo cierto es que la historia que aguarda en su interior lleva gestándose en la mente de Laura López desde que era una adolescente que acababa de concluir sus estudios de COU y se disponía a entrar en la universidad. Desde entonces, como si de una momia en un sarcófago se tratase, casi la totalidad de este relato llevaba cogiendo polvo en una pequeña libreta que, durante la pandemia, su escritora se dedicó a rescatar de las profundidades de un cajón -como si fuese una arqueóloga- para darle un final digno más de dos décadas después. «He intentado darle un final muchas veces, sobre todo cuando pasaba el texto al ordenador y lo modificaba, pero durante la pandemia decidí que era el momento adecuado para cerrar la historia. Es la parte que quizás me ha costado más trabajo porque quería que tuviese un final que a mí me encantara», relata López, periodista y profesora de la Universidad de Málaga que por fin ve materializado esa pasión por la escritura que comenzó cuando tan solo era una niña.

Para ella, escribir es sinónimo de refugio. Un lugar en el que se adentra para poder escuchar todo aquello que sus personajes tienen que contarle, dejando así que la mente y la creatividad fluyan para luego rescatarlo y plasmarlo sobre el papel. Una actividad que lleva realizando «prácticamente toda la vida», lo que le ha llevado a conservar numerosas historias y relatos escritos durante su etapa de instituto, algunos completamente cerrados y otros tan solo con unos inicios que esperan ser continuados. «Llevo toda la vida escribiendo. Tengo mucha literatura creada, pero guardada en un cajón, y ahora, en este momento de madurez, es cuando he decidido hacer lo que me gusta, que es sacarlo de ahí, darle vida y enseñarlo», asegura.

Aunque han pasado 20 años desde que comenzó a escribir a bolígrafo la trama de esta historia, lo cierto es que Laura López tenía muy claro un aspecto completamente invariable a la hora de darle un cierre: el título de la novela debía de mantenerse, al igual que los nombres que ella misma les había asignado a los personajes años atrás. «El título lleva sin modificarse todo este tiempo y ni se me ocurrió cambiarlo, tampoco los nombres de los personajes, que son inventados y completamente ficticios», comenta. Cuando se le pregunta acerca de si en algún momento de la creación de la última parte del libro colisionó con la creatividad de la Laura del pasado, ella misma se muestra sorprendida de la claridad con la que tenía concebida la trama y los personajes. «¿Qué ha pasado durante estos 20 años? Que mi experiencia personal ha crecido y le he dado más riqueza a los personajes, sobre todo en lo que respecta a las emociones. Se han añadido y retocado cosas para que la coherencia fuese absoluta. Pero estoy muy orgullosa de la Laura de 17 años porque se ha mantenido bastante fiel a lo que soy», expresa con una sonrisa.

Cautivada por Egipto

A pesar de que recuerda nítidamente cómo fue toda esa creación durante el verano antes de entrar a la universidad y lo cautivada que se sentía por el país de las pirámides, las momias y los desiertos, lo cierto es que no llega a rememorar por qué se decantó por Egipto. Y es que, aunque la lectura y la historia le viene prácticamente de genética -su padre ha sido investigador de la Historia del Franquismo y de la Guerra Civil- la única respuesta que encuentra ante esta elección es que todo lo relacionado con la cultura milenaria egipcia y el enigma que la envuelve, nos acaba atrayendo a todos, lo que favorece a que el relato sea mucho más atractivo para el lector. «Sabía que no podía ser Roma, ni Grecia ni Mesopotamia. Tenía que ser el misterio de Egipto». Esa determinación a la hora de elegir un enclave y un período histórico para contar esta historia tampoco fue fortuito, y tiene una justificación muy clara: la muerte.

Para los egipcios, la muerte no era el final sino una mera interrupción temporal antes del juicio ante Osiris, dios de los muertos en la mitología egipcia, quien determinaría si el fallecido gozaría de la inmortalidad o, por el contrario, perecía para siempre. Para Laura López, esa representación histórica de la muerte era esencial para poder narrar este relato, proporcionándole mucho juego a la propia historia, ya que «el concepto de la muerte en la cultura romana y griego no es como en Egipto, donde es mucho más importante». Tanto es así que las diferentes muertes que se producen dentro de la novela -en las que no se van a profundizar para evitar posibles spoilers- son, en palabras de la autora, «muy honrosas y bonitas», a pesar de ser un libro dirigido a un público más infantil. «En la mayoría de películas de Disney, que son para niños, hay muertes. El drama forma parte de la literatura, y dependiendo del tipo de lector, se aprecian unas cosas y otras. Es cierto que hay muchas muertes, pero son necesarias para crecer, y todas están justificadas y son un punto de inflexión en la historia», explica.

El público infantil, un hueso duro de roer

Aunque su libro está enfocado para niños con edades comprendidas entre los nueve y los catorce años, lo cierto es que Laura prefiere huir del encorsetamiento que le produce tener que escribir para un público en concreto, ya que su objetivo es, además de que disfruten conociendo el relato, conseguir crear sentimientos en el lector, sin importar la edad que este pueda tener. «Escribo lo que me gustaría leer y cuando lo hago, vivo emociones. Genero en mi mente la escena, la veo, la disfruto, dejo que los personajes interrelacionen y cuando esas relaciones crean en mí una emoción, la cojo y la escribo. En ese momento no estoy pensando el tipo de público y no sé si eso es bueno o malo», comenta entre risas.

Lo que sí conoce a la perfección es la dificultad que existe para que un niño abandone un dispositivo electrónico y se adentre en las profundidades de un libro, al igual que «el esfuerzo tan titánico que tienen que hacer los padres para recuperar el gusto por la lectura», especialmente en la etapa de final de Primaria y principios de Secundaria, momento en el que el niño tiende a abandonar esta hábito o a reducirlo de manera considerable. «Si sacas a los niños de una pantalla tiene que ser con un libro que les cambie el chip. No puedes pedirle que lea exclusivamente porque le va a venir bien para fomentar la lectura comprensiva sino hacerle comprender que la historia le va a hacer volar. Hay que pretender que se enamore de un libro, los aprendizajes ya vendrán implícitos», puntualiza.

Ese primer paso para enamorar al público más joven se dará el próximo viernes 17 de febrero, a partir de las 18:30 horas, en la Librería Luces, con una presentación para niños y adultos en la que se desvelarán algunos de los misterios de la creación de 'El perfume de la reina egipcia' y de la ilustración de los personajes a través de la ilustradora gaditana Jessik Bokis. Asimismo, como bien adelanta la autora, se realizará una lectura teatralizada de algunas de las escenas del libro, que será un pequeño adelanto para futuros proyectos en torno a la novela: «Escribo muchos guiones de teatro para el colegio de mis hijos, y en un futuro llevaremos este libro al teatro, lo tengo clarísimo. No sé cómo, qué parte o cómo habrá que adaptarlo, pero lo llevaremos», asegura. Y es que el perfume, aún tiene mucho que embriagar.

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