La escena de Norma Desmond (Gloria Swanson) en el rodaje ha pasado a la historia como un momento icónico del cine
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'El crepúsculo de los dioses': El ocaso más grandioso de Hollywood
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Billy Wilder rescató del olvido a Gloria Swanson para rodar una película que ilustra los bajos fondos de la industria del cine a través de uno de sus juguetes rotos
La industria del cine en Estados Unidos –encarnada en Hollywood– ha pecado desde sus orígenes de cierta endogamia que en ocasiones se ha traducido ... en un exceso autorreferencial. La cantidad de películas dedicadas al metacine es enorme, y no siempre han sido todo lo honestas que uno cabría esperar de un negocio en el que no faltan los excesos, el abuso y el desprecio por las estrellas caídas, especialmente en el caso de las mujeres.
'El crepúsculo de los dioses' (1950) es todo lo contrario a esto mismo. El filme de Billy Wilder –que en el original se llamaba como la avenida, 'Sunset Boulevard'– es un trabajo honesto «de lo mejor de Hollywood sobre lo peor de Hollywood», como aseguró tras su estreno la revista 'Time'. La película, que llegaba precisamente en un momento en el que la industria empezaba a migrar del sistema del 'star system' a uno más libre para los intérpretes, refleja a la perfección las consecuencias del cambio del cine mudo al sonoro. El personaje de Norma Desmond (interpretado magníficamente por Gloria Swanson) es uno de los tantísimos juguetes rotos que Hollywood fue dejando a finales de los años veinte, y del que apenas sobrevivieron nombres como Greta Garbo o Charles Chaplin.
La genialidad de Wilder –además del guión y de una técnica cinematográfica impecable– fue utilizar los propios elementos del Hollywood de los años cincuenta para dar una mayor verosimilitud a la historia. En el largometraje aparecen estrellas del cine mudo
EL crepúsculo de los dioses (1950)
Director:
Billy Wilder
Reparto:
William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim, Nancy Olson, Lloyd Gough, Jack Webb, Fred Clark, Cecil B. DeMille, Buster Keaton, Hedda Hopper
Premios:
Tres Oscar: guión, dirección artística blanco y negro, banda sonora drama. Once nominaciones
interpretándose a sí mismos, como Buster Keaton, Anna Q. Nilsson y H. B. Warner. El relato final lo realiza la columnista Hedda Hopper, y las referencias a personajes desaparecidos tras la llegada de la escena sonora como Darryl F. Zanuck, David Wark Griffith o Rodolfo Valentino, son constantes.
Pero por encima de todos ellos está el director Cecil B. DeMille, que se interpreta a sí mismo en la secuencia más icónica de la película, esa en la que Swanson 'rueda' una escena sonora a través de la técnica interpretativa del cine mudo, lo que provoca un impacto en el espectador.
A pesar de que 'El crepúsculo de los dioses' está dentro del género del cine negro porque empieza con un crimen y acaba con su resolución, Wilder consigue de nuevo mezclar varios subgéneros entre los que está desde el ya citado 'cine dentro del cine' hasta la comedia ligera que protagoniza el personaje de William Holden en sus relaciones con el resto de protagonistas. Aun así, el largometraje encuentra su mayor sentido en Gloria Swanson, que se diría que se interpreta a sí misma aunque aparezca como Norma Desmond.
Cecil B. DeMille, Billy Wilder y Gloria Swanson en una pausa del rodaje de la escena en los estudios
La escena del rodaje con Cecil B. DeMille
Norma Desmond
: Solo quiero decir que estoy muy contenta de hacer otra película. No saben cuánto les echo de menos. Les prometo que no volveré a dejarles. ¡Porque después de 'Salomé' haremos otra película y otra más! Porque mi vida es esto, solo esto; nada más. Las luces, las cámaras y la gente que mira en la oscuridad. Cuando quiera, señor DeMille, estoy lista para rodar.
Swanson fue durante los años veinte una de las grandes estrellas del 'star system' del cine mudo, hasta el punto de que llegó a cobrar un millón de dólares anuales de la época, una cifra absolutamente desorbitada. «La Paramount existe gracias a mí», asegura su personaje en la película, y puede que tuviera parte de verdad en esa afirmación.
La actriz, que trabajó con Sam Wood, Rodolfo Valentino y Charles Chaplin (entre otros) vio con buenos ojos desde el principio el proyecto de Wilder a pesar de que la mayoría de sus excompañeros censuraban el guión. Lo que le molestó profundamente fue que el director le quisiera hacer una prueba antes de cerrar el contrato, un hecho que casi provoca que rechazara el papel. Los argumentos del realizador y amigo íntimo de la actriz, George Cukor –que además fue quien la recomendó a Wilder– le hicieron cambiar de opinión.
Gracias a ello, el año 1950 registró dos de las mejores interpretaciones femeninas de la historia del cine: ésta de Swanson y la de Bette Davis en 'Eva al desnudo', curiosamente en dos papeles relativamente similares. De manera incomprensible, ninguna de ellas ganó el Oscar ese año (fue para Judy Holliday por 'Nacida ayer'), aunque ambas quedaron para la posteridad, como ya avisó Cukor cuando pronunció la frase que convenció a Swanson para hacer de Desmond: «Si te piden hacer diez pruebas, tú las haces; y si no, yo mismo te pegaré un tiro. En el futuro te recordarán por este papel».
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