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Moda malagueña contra el postureo: «No le debemos nada a nadie»
Álvaro Calafat

Moda malagueña contra el postureo: «No le debemos nada a nadie»

Conocen la «toxicidad» del sector y huyen de su «tontería». La última Madrid Fashion Week descubre a una firma joven y rebelde que aporta aire fresco a la industria desde un pequeño taller de Alhaurín de la Torre. «Ahora nos buscan»

Regina Sotorrío y FOTOS: ALE FLO

Sábado, 24 de septiembre 2022

Nada en él delata de dónde viene ni a qué se dedica. Algunos colegas con los que juega al fútbol los lunes lo acaban de descubrir al leer la prensa. Viste informal incluso cuando sabe que habrá una sesión de fotos, abusa de la palabra millennial 'random' y sueña con trabajar en un cortijo en Alhaurín de la Torre. Pero, de momento, Álvaro Calafat recibe en el local de unos 70 metros cuadrados que ocupa en el vivero de empresas del pueblo desde hace cuatro meses. Cualquiera diría que de ese lugar abarrotado de retales con tres máquinas de coser y una plancha ha salido una de las colecciones que más ha dado que hablar en esta edición de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid.

«Ahora parece que soy Alexander McQueen, pero somos los mismos chavales de siempre con más seguidores en Instagram», afirma Álvaro Calafat, de 27 años, mientras acaricia con ternura a su perro Lee. A su lado, siempre, Ana Ponf, la otra mitad de la firma de moda. Él es la mente creativa. «Yo lo tengo que llevar a la realidad», apostilla ella, una joven cordobesa de 24 años y el motor técnico de la empresa. Llevan juntos como equipo y pareja prácticamente desde que se conocieron el primer año de carrera en la Escuela de Arte de Cádiz hace ya siete años (antes de eso Álvaro estudió cocina en La Cónsula). Y son el contrapunto perfecto el uno del otro. Ana es racional y dulce: «Lo llevamos bien. Solo discutimos por un bajo de pantalón mal hecho». Álvaro es impulsivo y tajante: «O te gusto o me odias».

Dicen de él que es irreverente, rebelde, el chico malo de la moda… «Lo que pasa es que no me caso con nadie porque no le debemos nada a nadie», puntualiza. Habla claro, no permite que le «vacilen» ni que le hagan de menos. «Y no voy a prostituir mi discurso para que tú me digas que sí». Un tatuaje en su brazo derecho de un rostro atravesado por una costura le recuerda a diario que no quiere máscaras ni dobles caras en su vida. «Porque hay mucha toxicidad». La sufrió durante la universidad, cuando vivió episodios de 'bullying' por una competitividad mal entendida. Una experiencia que marcó en su piel y que reflejó en su trabajo fin de carrera: si Dante descendió a los infiernos de la sociedad florentina en la 'Divina Comedia', él destapó los bajos fondos de la moda describiendo las actitudes tóxicas a través de sus diseños.

«Ahora parece que soy Alexander McQueen, pero somos los mismos chavales de siempre»

Álvaro Calafat

Por eso, aseguran, se mantienen al margen de la «tontería que tiene la industria». Un soplo de aire fresco en un sector, en ocasiones, demasiado encorsetado y superficial. «Nosotros de postureo tenemos menos diez. Estamos currando todo el rato, cada uno en lo suyo. Y yo no me disfrazo para ir a un desfile», dice a las claras Ana Ponf. Tampoco se dejan llevar por lo políticamente correcto: «La industria de la moda no es sostenible ni puede serlo. Si quieres competir en un mercado tan agresivo, tienes que ser un tiburón más y no un 'Nemo' súper sostenible. No puedes ir a la guerra con un tirachinas». En su lugar, Álvaro Calafat cree en la «sostenibilidad humana»: «Que la gente en el taller esté contenta y cobre bien antes de vender una película de sostenibilidad y luego deber a las costureras cuatro meses de sueldo. Eso pasa y en marcas gigantes».

–¿Y se pondrían sus diseños?

–Álvaro: No, ni me gustan muchas de las cosas que he diseñado, jamás me las pondría en mi vida, pero sé que estéticamente son bonitas. ¿Quién te va a comprar la ropa? ¿La gente o tú?

–Ana: Es un error hacer ropa que tú te pondrías. No puedes guiarte siempre por un gusto personal, tienes que estar en un gusto más general. Pero yo sí me pondría muchas cosas. Veo una evolución en esta colección respecto a las dos anteriores, me la puedo poner para salir a la calle.

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Ana Ponf y Álvaro Calafat con su perro Lee. FOTOS: ALE FLO

Numerosos estilistas han elegido 'looks' de la firma para sus reportajes. FOTOS: ALE FLO

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Una vez más no coinciden, pero se complementan

Ya empiezan a notar los efectos de lo vivido hace una semana en Madrid. Les han llegado encargos especiales de la nueva colección '3LeMorte'. «Y nos cuentan que en el showroom de Barcelona ya tenemos decenas de peticiones de ropa para famosos», avanzan. Es el atelier donde los estilistas buscan los 'looks' para las sesiones de fotos de revistas y editoriales de moda. Y en el último año allí han elegido prendas de Álvaro Calafat especialistas de 'Vogue', 'El País Semanal', 'Elle' y recientemente 'Hola' en el comentado posado de Victoria Federica. Diseños 'genderless' (sin género) y con personalidad que también están en la portada del álbum de Guitarricadelafuente, impresionante con su vestido de crochet; en un reportaje con La Mala Rodríguez; en el armario de Nathy Peluso y en los posados del drag Hugáceo Crujiente. Les falta Rosalía para ser los chicos del momento. «Aunque yo no quiero vestir a Rosalía, ¡quiero que Rosalía sea mi amiga!», exclama Ana. Pero ojo, no buscan el camino fácil de la fama: «No vestimos a gente de Telecinco, por norma. No todo vale, no todo es sí porque tú seas famoso», sentencian. Evitan vincular su firma a esa infinita cantera de personajes nacidos de la 'telerrealidad'. Y en esto hay unanimidad.

Nosotros de postureo tenemos menos diez, estamos currando todo el rato. Y yo no me disfrazo para ir a un desfile

Ana Ponf

No obstante, el mayor cambio tras la Fashion Week, confirma la pareja, se ha producido en los demás. «Gente que hace años que no me habla, lo hace ahora pidiéndome un favor», dice él. «O quien no nos pudo ayudar antes del desfile, después quiere hacerlo», apunta ella. Incluso correos electrónicos que en su día no tuvieron respuesta, hoy sí la encuentran. «Ahora nos buscan». Como recuerdan, la firma ha despuntado en Madrid y Barcelona porque en Málaga no encontraron su hueco. Aquí nunca les han propuesto desfilar, ni siquiera formaban parte de la marca promocional Málaga de Moda. Echan en falta apoyo a los jóvenes talentos y una inversión más decidida en el sector. «Me frustra saber que Málaga tiene capacidad para ser una ciudad con un papel destacado en la moda y no lo aprovecha», lamenta Álvaro. Pese a todo, Álvaro Calafat nunca se ha planteado dejar la provincia. Aquí tiene una vida alejada de los focos, las pasarelas y el ruido mediático que le encanta. Y también está su anclaje: su familia, una 'tribu' con la que Ana Ponf ha conectado a la perfección. Cuenta Álvaro que su abuela no paraba de llorar en el desfile. «Dice que cuando vio a tanta gente pensaba '¡y ahora para que le abucheen!'», recuerda entre risas. Ella, costurera, y su madre, trabajadora en una inmobiliaria, le ayudaron cosiendo a mano prendas de la colección. Su padre, fotógrafo retirado, montó toda la escenografía y el decorado junto con Viveros Guzmán. El bordador malagueño Joaquín Salcedo, conocido en el mundo cofrade por sus intervenciones en estandartes de Semana Santa, colaboró en una de las chaquetas. Y una vez que pisaron la Fashion Week, la música la pinchaba el dj malagueño La vida de Jaime y las modelos lucían en sus cabezas 'looks' del también malagueño Rafael Bueno. Todo quedaba en casa.

No me podría mis diseños, ni me gustan muchas cosas pero sé que estéticamente son bonitas

Álvaro Calafat

Son conscientes de que su selección en Madrid con una colección confeccionada por solo ocho personas, todas menores de 30 años, ha levantado algunas ampollas. Pero no les importa, van a lo suyo. Y desde la organización de Mercedes Benz Fashion Week, a donde esperan volver el año que viene, defienden su apuesta: «Su concepto de la moda es sumamente interesante, vanguardista pero con base tradicional, busca el mimo en cada detalle y es perfeccionista. Es un talento sin duda, que pasó la selección del comité de moda de MBFWMadrid debido a su gran creatividad, inteligencia emocional y viabilidad del proyecto. Una promesa en el panorama nacional de la moda que está pisando fuerte».

«Lo llevamos bien. Solo discutimos por un bajo de pantalón mal hecho»

Ana Ponf

Ahora toca la difícil tarea de mantenerse y dar el siguiente paso: «Buscar la forma de industrializarlo». Aunque hace solo cuatro meses que cambiaron el sótano de casa por un taller en el vivero de empresas en Alhaurín de la Torre, el local ya se les queda pequeño. «Y eso es bueno». Venderán piezas limitadas de '3LeMorte' a través de su página web y están abiertos a encargos personalizados de la colección o fuera de ella. Pero, con su claridad habitual, advierten: «Las clientas que vengan a nuestro estudio tienen que saber que aquí hay un estilo. Podemos movernos en base a lo que hacemos nosotros, pero no somos modistas». Lo suyo es arte, «un lujo, un capricho», para llevar puesto.

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