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Grupo de profesores que lideran el proyecto, junto a la Facultad de Ciencias de la Educación. CRÓNICA
Otro paso en la lucha contra las deficiencias del sistema educativo

Otro paso en la lucha contra las deficiencias del sistema educativo

Dirigido por los docentes de la UMA Ignacio Calderón y Teresa Rascón, presentan en el Ministerio de Educación su nuevo proyecto para fomentar una educación inclusiva

ALBA TRUJILLO LÓPEZ

Martes, 23 de noviembre 2021, 00:01

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¿Recuerdas algún tipo de marginación durante tu niñez?, seguro que la mayoría de vosotros diríais que... sí, sin pensarlo dos veces. No hace falta nombrar la cantidad de insultos que hemos escuchado en los pasillos de los colegios a lo largo de nuestra trayectoria escolar. Por desgracia, hemos sido testigos de cómo las aulas escolares escondían un trasfondo repleto de odio, marginación, racismo, homofobia y discriminación de cualquier tipo.

Todos hemos sufrido directa o indirectamente algún tipo de exclusión social, independientemente de la etnia, lugar de procedencia, clase social o de si sufrimos algún tipo de diversidad funcional. Las personas merecemos el mismo trato y, por lo tanto, el derecho a recibir una educación equitativa. Es por eso por lo que se ha elegido a un grupo de estudiantes que han conformado el grupo de 'Estudiantes por la inclusión'. Este grupo está compuesto por un total de 16 alumnos de diferentes provincias y cuya participación ha sido voluntaria. Es un grupo que quiere representar la mayor parte de la sociedad. Luz del Valle Mojtar Mendieta, docente de educación de la UMA, declara: «Queríamos perfiles de todo tipo, queríamos que estuviese representado el colectivo gitano, personas con discapacidad, diversidad sexual, chicos y chicas sin etiquetas, nuestro objetivo es que el grupo fuese lo más diverso posible».

Estos alumnos han creado un proyecto de investigación denominado 'Narrativas emergentes sobre la escuela inclusiva desde el modelo social de la discapacidad: Resistencia, resiliencia y cambio social', financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y dirigido por los docentes de Teoría e Historia de la Comunicación de la UMA Ignacio Calderón Almendros y María Teresa Rascón Gómez.

«Voy aprendiendo de los apoyos que van surgiendo y que provocan el cambio social», declara Ignacio Calderón

Es fundamental incidir en la importancia que tiene no asociar el término de exclusión social únicamente con la discapacidad, ya que es un error frecuente que todos hemos cometido varias veces a lo largo de nuestras vidas o que hemos escuchado decir a nuestro alrededor de forma constante. La escuela inclusiva no está solo dirigida a personas con discapacidad, pretende ser una institución que abarque a todo tipo de alumnado y que toda esa diversidad de alumnos puedan estar juntos y que participen, se ayuden y progresen juntos con el fin de lograr una escuela mejor. Ignacio Calderón Almendros, uno de los dirigentes del proyecto, afirma: «El alumnado en situación de discapacidad a veces se identifica con la inclusión porque ha estado históricamente muy excluido, es un colectivo que es muy promotor, han estado siempre fuera en escuelas especiales o en aulas específicas y siguen estándolo, la escuela no se centra en todos ellos».

El objetivo principal del proyecto es contribuir a la creación de una escuela más inclusiva. Otros de los objetivos que abarca el proyecto son: rescatar los discursos de las personas que han sufrido la exclusión social tradicionalmente en la escuelas, como personas con diversidad funcional, personas con distintas orientaciones sexuales, o personas procedentes de distintas etnias. Así lo confirma Teresa Rascón, otra dirigente del proyecto: «Se trata de rescatar los discursos de ellos y de sus familias para ver cómo podemos dar respuesta a las necesidades y dificultades que se han encontrado en la escuela a la hora de aprender bajo las mismas condiciones que los demás, queremos ser partícipe de ese proceso de enseñanza y aprendizaje».

En primer lugar, el proyecto nace de la idea de que la escuela inclusiva necesita, especialmente, escuchar a las voces silenciadas de esas escuelas. Esas voces, que por lo general la institución normaliza y excluye por salirse de esa 'normalidad'. «El proyecto nace del sufrimiento de la gente, de haber sido receptivos al sufrimiento que está teniendo mucha gente en las escuelas», concluye Ignacio Calderón Almendros. El proyecto ha sido denominado bajo ese título porque 'buscar narrativas emergentes' implica entender que esos colectivos que han sido acallados pueden ofrecernos visiones y lógicas para mejorar la escuela y hacerla más inclusiva. «Si les preguntamos a ellos y ellas, hay algo más genérico, la escuela inclusiva entiende que hay un montón de saberes en el interior de las escuelas que son desatendidos. Buscar narrativas emergentes es buscar las narraciones, las historias, la forma de entender y de interpretar la escuela que han sido desoídas, pero que están ahí y que pueden mejorar la escuela, esa es la lógica del proyecto», expone Calderón Almendros.

Desarrollo del proyecto

Las narrativas han sido analizadas y estudiadas a través de tres grupos: El primer grupo está caracterizado por las narrativas biográficas basadas en lo que las personas han vivido o piensan, para ello se ha preguntado a varias personas cómo han sido sus vidas, qué historias se esconden tras ellas... A través de esos datos se han ido construyendo sus biografías. El segundo tipo ha sido la búsqueda de narrativas emergentes colectivas, se ha reunido a muchos individuos que tienen conocimientos sobre la escuela inclusiva, en gran medida por la exclusión que han sufrido y que juntos al diálogo, han creado una campaña llamada 'Quererla es crearla' que parte de la idea de que se cree que la educación inclusiva es algo que se legisla y que se hace de arriba a abajo, la campaña lo que recalca es justo el proceso contrario.

Estas narrativas fueron expuestas en dos eventos en los años 2018 y 2020. Respecto al año pasado, los encuentros que se hicieron fueron de manera telemática y durante ellos se elaboró un documento que enviaron al Parlamento y en el que participaron incluso los portavoces de los grandes partidos políticos del Congreso de los Diputados. El último grupo que compone estas narrativas son las orientadas a la acción, construidas para cambiar las cosas. «Nos hemos estado reuniendo con ellos para que construyan una guía de estudiantes hacia estudiantes, para que los estudiantes que lo tengan en su mano puedan hacer sus escuelas inclusivas, hay un montón de nuevas narrativas para la acción», afirma Ignacio Calderón. Dicha guía denominada 'Cómo hacer inclusiva tu escuela', acaba de ser publicada dentro de la colección 'La aventura de aprender', del INTEF, en un trabajo coordinado por la también profesora de la UMA, Luz Mojtar. Todos estos procesos se están incluyendo dentro de un plan de comunicación que recoge los hallazgos y logros que se han ido generando, y que está dirigido por el profesor del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UMA Florencio Cabello.

En el proyecto participan un total de once académicos, hay otras ramas del trabajo en los que están participando muchas personas que no son investigadores, sino que son activistas de diferentes lugares del estado o estudiantes y familias que están construyendo ese conocimiento y esas propuestas y que aportan otras visiones que van más avanzadas de los conocimientos de la universidad.

Visita al Ministerio

El grupo de 'Estudiantes por la inclusión', que estuvo representado en el Ministerio de Educación, está compuesto por Indira, Alberto, Antón, Leo, Zulaica, Malena y Darío. Luz Mojtar, que acompañó a este grupo en el encuentro, destaca: «Lo más bonito de esta visita fue tener la oportunidad de convivir con todos y con todas y de ver cómo sin haberse visto crearon un grupo que parecían que se conocían de toda la vida, lloraban y se tranquilizaban dándose la mano entre ellos».

La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, y Alejandro Tiana, el secretario de estado de Educación, escucharon muy atentamente las historias que cada integrante del grupo iba contando, historias marcadas por una tristeza fomentada por el maltrato del sistema educativo que provocó que la ministra dejase de ejercer su cargo por un instante para ser solo una persona más con una actitud empática y cercana. Al terminar, solo pudo felicitar a los estudiantes y docentes por el trabajo que están desarrollando y por la actitud con la que enfrentan las dificultades que se encuentran en el camino, y está segura de que conseguirán todo lo que se propongan. Esta visita tenía como misión principal el inicio del cambio en el sistema educativo, como comenta Ignacio Calderón: «Fuimos al Ministerio porque sabemos que los saberes que tienen estos niños no están dirigiendo las políticas públicas y deberían estar dirigiendo dichas políticas, se están tomando decisiones sin que se tengan en cuenta las voces de quienes tienen que ser oídas, no es solo un grupo de autoapoyo, se trata de un grupo que está pensando en lo estructural, y en que está condicionando sus vidas para poder cambiarlo. El camino es el apoyo mutuo». Además, la ministra se ha comprometido a hacer una presentación oficial de la guía 'Cómo hacer inclusiva tu escuela'.

No todo va a quedar en un visto y no visto en el Ministerio. Este encuentro formará parte de un documental sobre educación inclusiva, dirigido por la cineasta Cecilia Barriga. Además, dentro de él se quiere plasmar una historia central de un chico maltratado por el sistema y se pretende documentar cómo es su vida y la de las personas que le rodean. Al margen de esa historia, el domental acogerá un conjunto de historias biográficas y colectivas que determinaran cuáles son los procesos que se están desarrollando para cambiar las cosas.

Algo muy importante a destacar es que no importa la edad que tengamos, todos podemos luchar por una educación inclusiva. Es el caso de una anciana que la vida le ha causado muchas complicaciones propiciadas por la inexistencia de una educación inclusiva durante su niñez y que por culpa de eso se ha visto obligada a buscarse una residencia en la actualidad. De esta historia sacó una contundente conclusión Ignacio Calderón: «El proyecto está consiguiendo que la gente se cuente sus historias, que la gente se apoyen unas a las otras, y eso está significando que no se están sintiendo solos, voy aprendiendo de los apoyos que van surgiendo y que provocan el cambio social».

La educación inclusiva es un derecho humano fundamental que todavía se está quebrantando, solo nos queda luchar juntos por el cambio, compartir nuestras historias, corregir poco a poco los comportamientos y actitudes que hemos estado observando durante toda la vida y dar nuestra voz sin miedo ni vergüenza. Si queremos una educación inclusiva hay que ponerse manos a la obra, el cambio empieza dentro de los centros y de las aulas.

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