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Pioneras de la Eurocopa: las jugadoras que abrieron el camino en los 80 y 90
En un tiempo de invisibilidad y prejuicios, un grupo de mujeres abrió el camino del fútbol femenino español. Su lucha silenciosa cimentó el presente brillante que hoy lideran las campeonas del mundo en la Eurocopa 2025.

En una España donde el fútbol era casi territorio exclusivo de los hombres, un grupo de mujeres valientes decidió romper moldes y abrirse camino. Entre los años 70 y 90, cuando la selección femenina ni siquiera era reconocida oficialmente, estas pioneras lucharon contra prejuicios, falta de apoyo y la invisibilidad para sentar las bases del fútbol femenino que hoy brilla con luz propia.
Los primeros pasos de España en el fútbol femenino oficial
El primer partido oficial de la selección femenina española no se jugó hasta 1983, pero la historia comenzó mucho antes, en 1971. Fue entonces cuando, al margen de la Real Federación Española de Fútbol, el entrenador de fútbol Rafael Muga impulsó una selección que disputó su primer encuentro en La Condomina, Murcia, frente a Portugal. Sin himno, sin escudo y con muy poca cobertura mediática, aquellas mujeres jugaban en un fútbol invisible para las instituciones y enfrentándose al rechazo social.
Entre 1971 y 1972, ese equipo disputó varios partidos, incluso en ciudades italianas como Udine o Padua, donde llegaron a jugar ante más de 40.000 personas. Mientras tanto, en España, la RFEF ignoraba sistemáticamente el fútbol femenino. No fue hasta que la UEFA presionó a las federaciones para fomentar la participación femenina cuando, en 1980, se creó oficialmente una sección femenina, con Teodoro Nieto como primer seleccionador en 1982, encargado de construir un proyecto desde cero.
La selección femenina española empezó a dar sus primeros pasos oficiales el 5 de febrero de 1983, cuando jugó ante Portugal en La Guardia, Pontevedra. Eran tiempos muy diferentes: sin recursos, con equipaciones básicas, sin profesionalización y enfrentando dificultades logísticas y sociales. Y jugadoras como Conchi ‘Amancio’, Mari Carmen Álvarez o Isabel Fuentes, entre otras, fueron algunas de esas pioneras que estuvieron en la lucha por la visibilidad y el reconocimiento de este deporte en España. Su pasión y perseverancia sentaron las bases para que el fútbol femenino en nuestro país pudiera crecer y alcanzar el reconocimiento que hoy conocemos.
Pioneras que abrieron camino: voces y recuerdos de las primeras futbolistas españolas

Carmen Arce ‘Kubalita’: la portera que defendió la invisibilidad
Carmen Arce, ‘Kubalita’, tenía apenas 15 años cuando se calzó los guantes para defender la portería de un equipo que ni siquiera existía oficialmente. En 1971, en Murcia, disputó ese primer partido no oficial de la selección femenina española contra Portugal. La cancha era modesta, la equipación improvisada, y la mirada de muchos, desconfiada o directamente hostil.
Ella recuerda que las miraban como si hicieran algo extraño, como si no fuera su lugar. A veces jugaban en terrenos que parecían más un descampado que un campo de fútbol, pero el balón les daba sentido: era su forma de resistencia.
Su vida no fue sencilla. Tuvo que retirarse a los 19 años tras dos operaciones en las rodillas, aunque su pasión nunca desapareció. Contó que durante años se apartó del fútbol, pero cuando vio a la selección femenina en el Mundial de 2015 sintió que parte de ella volvía a latir. Su historia es un testimonio vivo de lucha contra la invisibilidad y la marginación, una historia que merece ser contada y recordada.
Conchi ‘Amancio’: la primera española en conquistar Europa
Concepción Sánchez, ‘Conchi Amancio’, fue la primera capitana del equipo no oficial en 1971 y también la primera futbolista española en fichar profesionalmente en el extranjero. Con solo 14 años cruzó los Pirineos rumbo a Italia, un país donde el fútbol femenino ya contaba con cierta estructura. Ella explicó que salir de España fue una decisión difícil, pero la única forma de jugar al nivel que soñaba. En Italia encontró un ambiente más profesional, con entrenadores, partidos y ligas organizadas. Allí ganó siete ligas y ocho copas, y cerró su carrera en el Arsenal inglés.
Su éxito fuera de España abrió una puerta para muchas otras, enviando un mensaje claro: las españolas podían competir y brillar en el fútbol europeo. Reconoce que ese camino también tuvo su coste personal, viviendo lejos de su familia y enfrentándose a un idioma y cultura diferentes, pero el fútbol era su motor.
Mari Carmen Álvarez: una pionera que jugó para ser vista
Mari Carmen Álvarez fue una de las protagonistas del partido de 1971 en Murcia, donde la selección no oficial empató 3-3 contra Portugal. Explicó que jugaban porque les apasionaba, no porque tuvieran apoyo o reconocimiento. Cada partido era una reivindicación silenciosa para que las vieran y escucharan.
Desarrolló gran parte de su carrera en el Olímpico de Villaverde, club que fue un bastión para el fútbol femenino en Madrid. Destacó que el club fue como una familia y que allí encontró apoyo cuando el resto del mundo miraba hacia otro lado. Su último partido oficial fue en el Torneo Internacional de Oporto en 1983, reflejo de una etapa en la que el fútbol femenino empezaba a reclamar un espacio, aunque todavía con pasos tímidos.

María Ángeles Pérez ‘Quilla’: la líder que ayudó a levantar un club
En los 90, cuando el fútbol femenino español comenzaba a profesionalizarse, María Ángeles Pérez ‘Quilla’ emergió como un referente en el Atlético de Madrid Femenino, uno de los clubes clave en la evolución del deporte. Recordó que luchaban por recursos, respeto y por hacerse un hueco en un deporte que aún no se tomaba en serio, pero que eran un grupo muy unido, con muchas ganas y convicción.
Su versatilidad en el campo y su liderazgo natural contribuyeron a que el Atlético de Madrid se consolidara como un equipo competitivo. Además, fue convocada para formar parte de la selección nacional oficial. Comentó que sentir que la federación empezaba a reconocerlas fue un paso muy grande, pero que aún quedaba mucho camino por delante.
Isabel Fuentes: defender el fútbol femenino con cada partido
Isabel Fuentes, defensora central del Olímpico de Villaverde, participó en el primer partido oficial femenino en España, entre el Mercacredit y el Sizam, organizado por Rafael Muga. Relató que en aquella época el fútbol femenino era casi clandestino y que no solo luchaban en el campo, sino también contra prejuicios sociales y falta de apoyo institucional. Su compromiso y pasión fueron decisivos para que el fútbol femenino español comenzara a tomar forma y ganar visibilidad. Afirmó que cada partido era una declaración de intenciones para mostrar que estaban allí y que iban a quedarse.
Un legado que hoy impulsa a la selección española
Las historias de estas pioneras no son solo relatos de una época, sino el cimiento sobre el que se edifica el presente brillante del fútbol femenino español. Cada esfuerzo, cada partido jugado en condiciones precarias y cada mirada desafiante han hecho posible que hoy España compita al máximo nivel en la Eurocopa 2025.
Hoy, más de 40 años después, el fútbol femenino vive una revolución que parecía impensable: audiencias récord, contratos profesionales, apoyo público y privado, y una generación de jugadoras que no solo ganan títulos, sino que lideran un cambio social real. La selección española, campeona del mundo y protagonista destacada en la Eurocopa 2025, es el mejor ejemplo de ese crecimiento imparable.
Recordar aquel primer partido oficial en 1971, cuando la selección femenina española comenzó a dar sus primeros pasos, es entender que cada partido, cada gol y cada victoria llevan la huella de aquellas primeras valientes que abrieron camino sin garantías ni reconocimiento. Su legado sigue vivo, y la historia del fútbol femenino continúa escribiéndose con la fuerza de quien sabe de dónde viene para saber a dónde quiere llegar.