
AGUSTÍN PELÁEZ
Lunes, 24 de octubre 2016, 00:59
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La bodega Medina y Toro está ubicada en pleno casco urbano de Torrox en el sótano de una vivienda de la calle Pontil. Se trata de una empresa familiar que forma parte de una Sociedad Agraria de Transformación (SAT) 'Pago de la Pastora', dedicada a la actividad agrícola. La SAT se dedica al cultivo bajo plástico, la producción de mango y aguacate, además de al viñedo. Al frente de la misma está el ingeniero agrónomo, Alberto Medina Toro.
«Mi familia siempre ha elaborado vinos. Mi abuelo ya lo hacía en 1930 en un pequeño lagar. Elaboraba el típico vino del terreno», relata Alberto Medina, alma mater de la pequeña bodega torroxeña, que presume de elaborar vinos al gusto del consumidor europeo. «Utilizamos variedades francesas de uvas y nuestros vinos, que no llevan ningún aditivo, son algo picantes, con más aroma y sabor, más parecidos a los vinos franceses que se hacen en Borgoña. Son vinos que permanecen en boca y de mucha calidad. Es la forma que tenemos de diferenciar el producto que elaboramos», señala.
Proyecto
Medina y Toro es una bodega familiar que apenas elabora unas 4.000 botellas al año bajo la marca Monteorégano. «Sólo utilizamos uvas propias y toda la producción la destinamos a la vinificación», explica Alberto, que tiene como principales clientes a los turistas que acuden a la localidad.
Según señala, entre los años 1995 y 2005, su familia puso a disposición de la Junta su finca para participar en un proyecto que tuvo como finalidad la introducción en Andalucía de viñas para la elaboración de vinos de calidad. En Málaga las dos fincas experimentales utilizadas con este objetivo se ubicaron en Torrox y Mollina.
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Gracias a este proyecto de la Junta, se cultivaron en la finca familiar hasta 40 varietales de uva. «Aquello nos sirvió para adquirir la experiencia necesaria», señala Alberto, para quien las condiciones climáticas y las excepcionales características de los terrenos en los que su familia cultiva las viñas hacen posible obtener unos vinos de excelente calidad.
Para obtener un producto totalmente artesanal, Bodega Medina y Toro, que inició su actividad en 2006, realiza la vinificación de las uvas por métodos que intentan alterar lo menos posible las calidades de los mostos.
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Actualmente, la empresa elabora un tinto dulce con uvas Merlot y Cabernet Sauvignon, un crianza de Merlot, Sirah y Cabernet, un rosado de Cabernet Sauvignon, un blanco seco de Chardonnay, un tinto joven con uvas de la variedad Merlot y un moscatel naturalmente dulce. «Al tener una producción muy limitada y utilizar sólo uva propia, nuestro cupo de vinos es muy bajo», señala Alberto, para quien, sin embargo, se trata de productos de una excepcional calidad. «Ninguno contiene sulfitos», insiste. El mercado de bodegas Medina y Toro es el de proximidad. De hecho, la práctica totalidad de la producción la vende en la propia bodega. Según Medina, la bodega no está incluida en el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga y Sierras de Málaga, requisito indispensable para formar parte también de la marca de la Diputación 'Sabor a Málaga'.
Aunque pequeña, la bodega lleva tiempo organizando visitas guiadas y catas en sus instalaciones, a las que acuden sobre todos turistas europeos y de otros lugares del mundo, mucho de los cuales se han convertido en clientes y consumidores habituales de los vinos Monteorégano.
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